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Pequeño gran cine

La ganadora del León de Oro no es no es precisamente una película pequeña

B.D. / C.P.

Tarantino pidió unos segundos para tomar aire, inclinó la cabeza y, con un nudo en la garganta (y cierta sobreactuación, todo hay que decirlo) proclamó a Sofia Coppola como la vencedora de esta LXVII edición de la Mostra de Venecia.

No hubo vendetta en el Lido. La antigua amante del presidente del jurado minaba las posibilidades de la pequeña de Francis Ford, 'Somewhere' se alzó con el León de Oro a la Mejor Película.

Tras recrear el Versalles del siglo XVIII en la irregular 'María Antonieta' (2006), parece que Sofia Coppola había decidido tomarse un respiro con 'Somewhere', un filme con pocos actores y presupuesto ajustado, refugiándose en el territorio seguro de su exitosa Lost in translation (2003): los hoteles de lujo en los que se aíslan las hastiadas estrellas de Hollywood. Pero, 'Somewhere' no es precisamente una película pequeña.

En su primera parte, la directora cuenta el día a día de una joven estrella en un hotel sin recrearse en las florituras visuales de su cine anterior; sino que trata de emular, como ha destacado en rueda de prensa 'el minimalismo de Chantal Akerman y el estilo de Godard'.

Luego, la estrella del cine se encuentra con su hija pequeña: juegan juntos, hablan de tonterías y, aunque está a punto de ocurrir un pequeño drama, la sangre no llega al río. O al menos no de un modo evidente. Porque si por algo destaca Somewhere, que crece en tu cabeza a medida que pasan los días, es por la gran contención dramática con la que Coppola cuenta la historia. Sólo por eso merece el premio.

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