Público
Público

El Robin Hood del viejo Londres

Jack Sheppard consiguió escaparse de la cárcel cuatro veces

GUILLAUME FOURMONT

Cuando aquella mañana de 16 de noviembre de 1724, un lunes, salió del calabozo con los pies y las manos atados, Jack Sheppard lo tenía todo preparado: guardaba una navaja escondida, lista para cortar la soga que iba a estrangularlo. Pero esa vez, los guardias que llevaban a Sheppard al patíbulo registraron cada centímetro del preso, su ropa, sus zapatos. Porque Sheppard, conocido ladrón de Londres al que las clases populares comparaban a Robin Hood, ya había ridiculizado en cuatro ocasiones a las autoridades, escapándose de la cárcel con facilidad, como si fuera un mago.

Jack Sheppard no tenía mucho del héroe de los bosques de Sherwood. Pero sus hazañas lo convirtieron en un personaje popular, cuyas aventuras fueron narradas por la prensa e inspiraron óperas y obras de teatro. El popular Jack nació el 4 de marzo de 1702 como John, nombre de su hermano mayor fallecido. Su padre era carpintero.

Era carpintero, aunque descubrió su faceta de ladrón en un bar de bandidos en el siglo XVIII

De cara pálida y con 1,63 metros de altura, Jack se hizo carpintero a los diez años. Había que traer dinero a casa . Trabajó de aprendiz de varios comerciantes y tapiceros de Londres. Tenía talento, aunque necesitaba liberarse de la rutina laboral. El joven Jack descubrió su parte oscura en el Black Lion, una taberna conocida por ser el cuartel general de Joseph Blueskin Blake y Jonathan Wild, dos bandidos que controlaban las calles de la ciudad. También era el bar donde trabajaba Elizabeth Lyon, una prostituta de la que se emanoró.

Aprovechó su trabajo de carpintero para robar, aunque pronto se juntó a la banda de Wild y dejó su oficio. En febrero de 1724 arrancó un historial de detenciones y fugas espectaculares de las más conocidas cárceles de Londres. Sheppard pisó la prisión por primera vez el 5 de febrero de 1724, aunque fue liberado. En abril le detuvieron otra vez tras ser denunciado por su hermano, pero en apenas tres horas, escapó desde el techo de la prisión usando unas sábanas. Cuando llegó al suelo aún estaba esposado, pero se mezcló entre la muchedumbre y desapareció.

La gente humilde seguía sus hazañas en la prensa, como si de una telenovela se tratara

Volvieron a detenerlo un mes después mientras robaba. Su estancia en la cárcel sólo duró 24 horas. Su novia Elizabeth se hizo pasar por su mujer y pidió ser encarcelada junto a él. La mujer limó sus esposas, consiguieron abrirse paso entre los barrotes y saltaron por una ventana. Los éxitos de Sheppard como ladrón y fugitivo no gustaban a Blake y Wild. Y los bandidos pactaron con la policía detener a Sheppard: en junio le encerraron en la prisión de Newgate. Jack volvió a contar con la ayuda de su novia. Mientras ella distraía a los guardias durante una visita, huyó disfrazado de mujer.

Sheppard era un héroe de la clase popular; todo el mundo seguía sus hazañas en la prensa, como si de una telenovela se tratase. La policía andaba detrás de él, pero también sus antiguos compañeros bandidos. Lo detuvieron de nuevo en plena calle el 9 de septiembre de 1724. Fue encerrado en una celda de alta seguridad: tenía los pies y las manos atados. Pero lo consiguió: por cuarta vez, escapó.

En vez de huir, volvió a Londres disfrazado de mendigo y la policía le detuvo en la calle acusado de ebriedad, el 1 de noviembre. Cuando las autoridades lo condenaron a muerte, un reverando le dijo: 'Una lima es tan valiosa como todas las biblias del mundo'. Jack Sheppard tenía su navaja a mano, pero lo descubrieron y lo colgaron.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?