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¿Qué sentido tiene hacer una
película basada en una serie?

El estreno de la versión cinematográfica de 'El séquito' tan solo supone un capítulo ampliado de la serie de HBO que finalizó en 2011. Abundan otros ejemplos como 'Expediente X', 'Sexo en Nueva York' o 'El equipo A' que no aportaron nada al espectador. 

El director Doug Ellin ha llevado a la gran pantalla la serie de la HBO 'Entourage'.

MADRID.- Si la serie es o ha sido un éxito de audiencias, ¿por qué no intentar dar el salto al cine? Esa debe de ser la pregunta que se hacen gran parte de los productores que deciden poner el dinero necesario sobre la mesa para auspiciar películas basadas en series o la que les hacen los creadores de la misma cuando quieren convencerles de que les financien. Pero, ¿tiene realmente sentido de cara al espectador? ¿Aportan algo nuevo? ¿Algún valor añadido? En la mayoría de los casos, no. La última en subirse a esta moda no tan reciente ha sido Entourage, conocida en España como El séquito.

La serie creada por Doug Ellis para la HBO echó el cierre en 2011 tras ocho temporadas desgranando los entresijos de Hollywood. Una ficción aplaudida, venerada y con buenas críticas carga de sentido del humor y cameos tan divertidos como sorprendentes en algunos casos. Ahora, cuatro años después de decir adiós, Vincent Chase y su séquito regresan a lo grande, con el protagonista principal de todo queriendo dirigir su primera película y con su historia contada en pantalla grande. El resultado, que puede verse desde este viernes en las salas, no es otro que el de un capítulo más largo de lo habitual.

Mismo tono, mismos protagonistas, mismo tipo de avatares y mismo tipo de chistes. Eso no quiere decir que la película esté mejor o peor. Quienes durante siete años hayan seguido la serie creada por Doug Ellin no se sentirán decepcionados. En el sentido de que verán lo que ya han visto antes, pero con una historia más larga y muchos más cameos que los que caben en un capítulo de menos de media hora. Para el resto, será la historia de un guaperas de Hollywood que quiere dirigir.

Doug Ellin, creador de la serie y director, guionista y productor de la película, se mantiene fiel a sí mismo y al estilo que convirtió a Entourage en una serie seguida y aplaudida. Pero, como tantos otros antes, comete el error de que su película no deje de ser otra cosa que un capítulo alargado de la serie. ¿Tiene esto sentido? Sí, el de hacer caja aprovechando el sentimiento de nostalgia de quienes siguieron la serie. Poco más. El séquito, la película, no ofrece nada nuevo con respecto a un capítulo de la serie más allá de su duración. Algo que a algunos les puede parecer mal a otros bien, pero que no es algo exclusivo del reciente trabajo de Ellin. Al contrario, es una práctica mucho más común de lo habitual.

Ahora han sido Vincent Chase y los suyos, pero no hace tanto que Carrie (Sarah Jessica Parker) y el resto de chicas de Sexo en Nueva York hicieron exactamente lo mismo y, además por partida doble. Primero en 2008, cuatro años después de finalizar la serie, y una vez más en 2010. Al menos ellos dejaron que el público les echase de menos. En el caso de Expediente X, no dieron tiempo a ello. La primera incursión en el cine de Mulder y Scully fue cuando la serie aún estaba viva, en 1998. Igual que ocurrió con Los Simpson, que decidieron saltar a la gran pantalla. La película, graciosa. La taquilla, contundente. Aún así, el resultado, como en las mencionadas anteriormente no dejó de ser un capítulo largo.

Más flagrante resulta en caso de Corrupción en Miami y El Equipo A. Por, al menos, en el caso de El séquito, Sexo en Nueva York, Los Simpson y Expediente X, el gancho de los protagonistas originales se mantiene. Pero cuando ha pasado tanto tiempo entre la finalización de la serie y su salto al cine, esto resulta imposible. Así que cambian a los actores y cruzan los dedos para que al ver a Colin Farrell y Jamie Foxx nadie se acuerde de Don Jonhson Philip Michael Thomas. Y lo mismo con los renovamos Hannibal, Fénix, Murdock y M.A. Y eso que para la aventura cinematográfica consiguieron un reparto de primera encabezado por Liam Neeson, Bradley Copper y Sharlto Copley. Pero su encanto, que lo tenían, no era el mismo que el de los originales.

A veces, funciona

El experimento de convertir una serie en película no tiene porque arrojar siempre como resultado un capítulo alargado. En ocasiones, como ha ocurrido con la reciente revisión de Star Trek a manos de J.J. Abrams o con la ya longeva Misión Imposible de Tom Cruise, el producto resultante de tomar la idea prestada de la televisión, cambiar a los actores protagonista, conservar el espíritu, actualizar el producto e introducir más acción termina por resultar una apuesta taquillera que convence y hace olvidar incluso los orígenes de la misma.

La clave está en renovar la historia e introducir cierto grado de innovación. En el caso de las complicadas misiones de Ethan Hunt o de las espaciales del Capitán Kirk y Spock, ha funcionado. Como le pasó en un primer momento a Los pitufos. Mezclar animación con acción real fue un acierto. Lástima que la segunda pinchase en hueso.

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