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Serie 'El vecino' Quim Gutiérrez: "Hay algo del jeta encantador que, cuando no hay maldad de fondo, genera cierta empatía"

Ernesto Sevilla, Raúl Navarro, Víctor García León y Mar Olid dirigen esta nueva tanda de ocho episodios de ‘El vecino’, que acaba aquí.

Fotograma de la serie de Netflix, 'El vecino'.
Fotograma de la serie de Netflix, 'El vecino'. Netflix

El vecino ha vuelto con energías renovadas, más candidatos a llevar el traje, más villanos de andar por casa y mucha más diversión gracias a su alocada trama y a varios fichajes que suman escenas hilarantes y conflicto para Javier (Quim Gutiérrez) y quienes le rodean. La segunda temporada que este viernes estrena Netflix es la última, pero, como explican sus protagonistas y demuestra el propio camino de la serie, podría haber seguido, al menos, una más. La ventana abierta con 'ese' final que abre el guion firmado esta vez por Raúl Navarro, Miguel Esteban y Marc Crehuet tiene mucho potencial.

Que es más divertida aún que la primera entrega se intuye desde el primer episodio. La historia basada en el cómic de Santiago García y Pepo Pérez expande su universo, como comenta Clara Lago, y eso le sienta bien tanto a los personajes conocidos como a las nuevas incorporaciones, entre las que destacan Javier Botet, Gracia Olayo y Fran Perea. El primero es Tucker, un funcionario del universo con el que resulta imposible no reírse y empatizar ante su desesperación. Gracia Olayo es una alcaldesa de Madrid obsesionada con conseguir la organización de unos Juegos Olímpicos. Y, por último, Fran Perea es Fran Perea, un actor que se preparar para interpretar a Titán en una serie. Un personaje que, en palabras de él mismo, "esta como en el límite siempre" riéndose de su propia realidad fuera de la pantalla.

Los tres, sumados a Clara Lago, Quim Gutiérrez, Calatina Sopelana y Adrián Pino forman un combo bien avenido para la comedia. Ellos se lo pasaron tan bien rodando como pretenden hacérselo pasar al espectador. "Lo que pensé cuando me llegaron los guiones de la segunda fue justo eso, como que había habido un salto ahí a comedia todavía más loca y, efectivamente, a pesar de lo complejo del rodaje (porque fue de los primeros postconfinamiento y había como mucha presión por los protocolos y tal), yo la disfruté más que la primera, me lo pasé superbien", avanza Lago, que compite esta temporada con su exnovio en la ficción por ser protectora de la Tierra.

Fotograma de la serie de Netflix 'El vecino'.
Fotograma de la serie de Netflix 'El vecino'. Netflix

Sobre el rodaje y los fichajes, Pino comenta que "nos lo hemos pasado mejor porque ahora somos más amigos. No nos conocíamos antes (…) y poco a poco se fue forjando ese buen rollo. Aquí ya empezamos con confianza. Entonces, lo hemos disfrutado más desde el principio. Y después, desde un punto de vista interpretativo, ha habido incorporaciones y es jodido tener en frente a personas como Javier Botet, que es de las personas más divertidas que he conocido. Es muy difícil hacer tu trabajo cuando quieres ser espectador en directo". Según cuenta su compañera Sopelana, a veces era tan difícil contenerse que les daba "cosa por el equipo".

Recordándolo, Lago añade que "realmente hubo grandes problemas para rodar estas escenas. Nosotras especialmente con Botet, porque nuestra trama va con él. Con Gracia y con Fran coincidimos muy poco, pero con Botet hubo momentos críticos de "hoy no terminamos". Todo eso que cuenta sobre aguantarse las risas se entiende una vez entra en escena un actor al que el público tiene más asociado a otros géneros como el terror, por ejemplo, y que será un gran descubrimiento cómico para muchos.

El poder político, enemigo

En una serie donde los villanos no son siempre de carne y hueso (léase casas de apuestas o fondos buitre) para Quim Gutiérrez la alcaldesa es la villana más destacada de esta temporada, la antagonista del héroe. "Sobre todo por la falta de respeto", apunta el actor, "porque a mí hay una cosa que me preocupaba siempre que es cómo se atreve un mortal, por gigantesco que sea su ego, a intentar amenazar a un superhéroe. Es una cosa que me parecía una aberración. Vale que el tío está atontado, pero ¿por qué me amenaza? Además, que soy un descerebrado… cuidadito con amenazarme . Hay una arrogancia por parte de la alcaldesa que sí que es demostrativa de su villanía". Como añade Pino, uno de los enemigos en esta tanda de episodios es el personaje de Olayo representando "el poder político". Precisamente ese uso que la edil hace de Titán mangoneándole es lo que temía Steve Rogers en Civil War y por lo que se negaba, entre otras cosas, a firmar los discutidos acuerdos de Sokovia.

En el capítulo de antagonistas a los que derrotar hay algo que comenta Fran Perea en lo que, pese a la broma, hay mucho de verdad sobre esta serie. Y es que en cierta manera "Titán es su propio villano, se boicotea a sí mismo todo el rato. Es el único superhéroe que viene con superhéroe y villano al mismo tiempo. Una cosa curiosa". Porque Javier es un héroe atípico. Si se le analiza con detenimiento, y él lo sabe, no da el perfil. Le faltan atributos, pero aún así cae bien pese a ser, como lo define Clara Lago, alguien que hace "apología del egoísmo" y que ella disfrutaría interpretando por lo "fascinante" que le resulta "esta peña que tiene un nivel de autoindulgencia tal que es capaz de autojustificar los actos más egoístas".

Para quien lo interpreta la clave de eso, de que en el fondo sea un tipo que cae bien, está en la fórmula usada para dibujarle y darle forma: "Tengo ejemplos de jetas encantadores y al final hay algo de la honestidad del jeta (…). A mí me resulta entrañable. Javi, ante su propio error, lo va a intentar, va a intentar escabullirse con retórica, con inventos, con argumentos peregrinos… pero, si es descubierto, de alguna forma es como 'bueno, sí, vale, la he liado'. Hay algo del jeta encantador que cuando no hay maldad de fondo creo que genera cierta empatía. Pero me alegra que lo digas porque uno a veces construye cosas, a veces con una idea difusa, y mola pensar que desde fuera se ve así".

Fotograma de la serie de Netflix 'El vecino'.
Fotograma de la serie de Netflix 'El vecino'. Netflix

Algo que se comentó durante la promoción de la primera temporada es que los personajes femeninos habían pasado por un proceso de actualización. En esta nueva tanda eso se nota aún más y Lola y Julia dan un paso al frente. Se enfrentan al equipo que forman Javi y JR para demostrar que ellas pueden hacerlo mejor y son merecedoras del título de 'guardián'. Y eso genera situaciones muy divertidas y en ocasiones rocambolescas. "Lo bonito es que de repente las chicas tienen su propia trama independiente, con todo el peso y con todo el interés a partes iguales junto con la trama de los chicos. Cuando se ha hablado tanto de la desigualdad de género en esta profesión, al final para mí lo que tiene que pasar es esto, que realmente las tramas y los personajes tengan el mismo interés (…), que no vayan necesariamente asociadas las tramas femeninas a lo masculino, sino que tengan una identidad propia", valora Lago.

Eso sí, con el paso de los capítulos queda demostrado que no son mucho más hábiles como superheroínas que ellos. Aunque sus intenciones sean buenas y miren por el bien común. La actriz protagonista de Ocho apellidos vascos remarca que "la filosofía de la Policía del Karma parte de ahí. Es la idea que tiene Julia en la primera temporada de castigar o premiar. No tiene que ver con intereses personales, tiene que ver con la mirada hacia fuera, con lo que está pasando. Ellas están un poco enfocadas y encaminadas, lo que pasa es que son un par de taradas también y son torpes y le salen mal las cosas, pero creo que eso les hacen más entrañables".

Un final antes de tiempo

El anuncio de que la segunda sería la última temporada de El vecino cerró la puerta a ir más allá y eso es algo que los protagonistas de esta historia lamentan. Sobre si están satisfechos con cómo cierran sus personajes, Sopelana, que ha visto cómo Julia despegaba en estos capítulos, señala que aunque le guste el recorrido que ha hecho, "sí que es verdad que en mi caso concreto creo que una tercera temporada hubiera resuelto otras subtramas que tienen que ver con Julia que me da pena que no se hayan visto". Algo que comparte Lago, que añade que "Lola tiene un recorrido muy bonito y muy interesante, desde la primera temporada al final de la segunda. De ganar mucho en seguridad, en peso y en empoderamiento, literalmente".

Quim Gutiérrez también lo tiene claro y lamenta que acabe pero, como apunta, "son decisiones que no nos atañen a nosotros". Para Pino, JR en la ficción, "ha habido evolución, pero obviamente se podría aterrizar de otra forma ese arco". El vecino se acaba en el octavo capítulo de los que se estrenan hoy en Netflix, pero resucitar series también es algo que ha hecho alguna que otra vez la plataforma.

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