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Series policíacas En estas comisarías 'seriéfilas' la investigación corre a cargo de una pareja de mujeres

COSMO suma a su parrilla dos series con un tándem policial femenino a cargo de los casos, algo poco común aún en la ficción televisiva.

Protagonistas de la serie Creedme.
Protagonistas de la serie Creedme.

La presencia femenina en las comisarías 'seriéfilas' resulta cada vez más recurrente. En la recientemente estrenada La unidad, por ejemplo, había varias (dos) bien situadas. La estadística no es paritaria en este sentido, ni en la ficción ni en la realidad, pero el esquema va cambiando lentamente. De la pequeña pantalla han salido grandes agentes como Brenda Leigh en The Closer, Catherine Cawood en Happy Valley, Stella Gibson en La caza y la inspectora Kate Beckett de Castle, por mencionar solo algunas más o menos recientes.

Sin embargo, pese a que su aparición en la ficción televisiva es menos anecdótica cada temporada –en Desaparecidos son parte importante del equipo–, siguen dándose pocos casos de parejas de policías formadas por mujeres. Algo que sí ocurre en dos de las últimas series que ha sumado a su parrilla el canal COSMO, En el lugar del crimen y Bright Minds. Patrullas masculinas o mixtas (en especial si se busca tensión sexual no resuelta) se encuentran por decenas.

En el lugar del crimen es un título alemán parte de la serie Tatort, que lleva décadas de emisión en su país y cuenta con distintas ramificaciones en las que cambia de ciudad y/o protagonistas. La que llega ahora a España se ambienta en Dresde y, con un primer episodio de hora y media de duración, recoge cualquier explicación posible al porqué, si se echa la vista atrás, abundan las series policíacas con protagonistas masculinos absolutos y escasean las de mujeres. Reflejo, por otra parte, de una realidad que cuenta con décadas de historia.

"¿Sabes cuánto nos costó convencerlos de que las mujeres podían hacer esto? Si Fulanito y Menganito la cagan, la cagan Fulanito y Menganito. Pero si tú metes la pata, lo hacemos todas las mujeres. Y eso es otra prueba de que las mujeres lo hacemos mal", le dice Karin Gorniak (Karin Hanczewski) a su compañera novata que acaba de llegar y cometer un error en una comisaría donde quien está por encima de ellas es un tipo que no lidia demasiado bien con los tiempos modernos y con el hecho de tener compañeras en el cuerpo.

Gorniak hace pareja de investigación con Henni Sieland (Alwara Höfels). Son distintas, en carácter y caótica vida personal, pero ambas deben hacer frente a los mismos prejuicios y comentarios machistas cual gota china en la resolución de un caso que implica un secreto que alguien no quiere que salga a la luz. Este primer capítulo está lleno de frases como la antes mencionada dichas por sus protagonistas, compañeros, testigos y acusados escritas por los responsables del guion para dejar patente una y otra vez la razón por la que hay pocas agentes mujeres y los escollos que han de salvar para llegar a serlo.

Se da la casualidad de que hace solo unos días, el pasado jueves 2 de julio, también en COSMO se estrenó Bright Minds en España, otra serie policíaca con dos mujeres en primera línea. Si bien en este caso no se puede considerar a ambas detectives, ya que una de las dos lleva placa y la otra trabaja como documentalista, lo cierto es que juntas forman una pareja capaz de llevar a buen puerto una compleja investigación que les ayuda a cerrar un buen puñado de bocas entre sus colegas masculinos y quienes no las veían capaces de hacerlo.

Una, porque viene de haber fallado en un caso contra un político influyente que la dejó en una posición complicada y porque lleva una vida tan desastrosa que le costó la custodia de su hijo en el proceso de separación. La otra, porque tiene autismo, con la dificultad para comunicarse que eso le supone y el estigma de que el mundo no la considere alguien plenamente funcional. Sin embargo, una casualidad hace que Raphaëlle Coste (Lola Dewaere) y Astrid (Sara Mortensen) unan esfuerzos en esta producción franco-belga con muchos alicientes para darle una oportunidad. Por un lado, el tándem femenino que la protagoniza. Por otro, su acercamiento al autismo. Aciertos en ambos casos y una buena forma de romper con los estereotipos.

Tanto En el lugar del crimen como Bright Minds forman parte de ese reducido grupo de series recientes en las que quien lleva la investigación estrella en comisaría es un tándem femenino. Agentes y detectives privadas (de estas los ejemplos son más y más variados) hay muchas. Dúos policiales, no tantos. Creedme, estrenada en Netflix el año pasado, es, sin duda, uno de los mejores ejemplos y de mayor calidad en este sentido. Muy en la línea de True Detective en cuanto a género, aborda su trama desde el punto de vista de las víctimas de un violador múltiple y contando para la resolución con dos detectives de ciudades distintas que cruzan datos, pistas e intuiciones para darle caza.

Ellas, las agentes Karen Duvall (Merritt Wever) y Grace Rasmussen (Toni Collette), triunfan donde sus compañeros masculinos, llenos de prejuicios y falta de empatía, fallaron tropezando de manera reincidente en todas esas piedras que el sistema y la sociedad ponen en el camino de las supervivientes cuando denuncian.

Hace no tanto, en 2017, estuvieron en Madrid presentando The Loch (Calle 13) Siobhan Finneran y Laura Fraser, protagonistas ambas de un thriller con asesino macabro de por medio en la que una policía de pueblo y una de ciudad debían atrapar al culpable en una localidad escocesa de apariencia idílica.

Entonces, preguntada por su personaje, alguien un tanto hermético pero de apariencia dura y carácter fuerte, Finneran respondía que esas características tenían que ver con el hecho de "que, triste y probablemente, como mujer ella tuvo que poner su vida entera en un agujero para centrarse en su carrera" porque, en referencia a ese mundo real que se cuela en la ficción, ser mujer y escalar posiciones dentro del cuerpo no es algo sencillo.

"Creo que está cambiando algo, pero no lo suficientemente rápido realmente. Hay unas pocas series en la televisión británica en las que encuentras personajes protagonistas femeninos. Entonces, está cambiando un poco, pero todavía es frustrante que no sea algo normal que dos mujeres sean las protagonistas”, explicaba Siobhan. Uno de los síntomas de esa lentitud a la que hacía referencia esta actriz británica es que, a día de hoy (tres años después de aquellas declaraciones), se siga destacando que un thriller o una de acción policial tenga dos personajes femeninos en el coche patrulla.

Con intención de cambiar el panorama y acelerar el proceso, Gabrielle Union y Jessica Alba unieron fuerzas en L.A's Finest: Policías de Los Angeles (AXN) sacándose de la chistera un spin-off con ellas dos en los papeles principales partiendo de una saga cinematográfica que rezuma testosterona por todos lados, Bad Boys. En el salto a la pequeña pantalla, el personaje al que interpretó en el cine Union, Sydney Burnett, pasa de ser alguien a quien hay que salvar a una auténtica tipa dura. "Todo ha cambiado desde que se estrenó Bad Boys en 1995", decía la actriz y productora acompañada en su visita a Madrid para hablar de la serie de Alba, quien señalaba entonces la importancia "para la otra mitad del mundo de verse reflejada" en las historias que se cuentan en pantalla.

El objetivo se habrá conseguido cuando señalar el hecho de que dos mujeres cumplan la función de pareja de agentes en una policíaca deje de ser algo a reseñar y se convierta en norma. A nadie le llama la atención que en los asientos delanteros de los coches patrulla vayan dos hombres.

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