Este artículo se publicó hace 13 años.
Serrat: "La gente de a pie debe recuperar los valores democráticos y morales"
El cantautor catalán, investido doctor honoris causa por la Universidad Pompeu Fabra.
“Seria fanàstic que et deixesis convèncer i fossis tal com jo t’he imaginat” (Sería fantástico que te dejaras convencer y fueras tal como yo te he imaginado). Estos versos de la canción Seria fantàstic (1983) no se concibieron pensando en la democracia. Pero las voces de la calle, estas últimas semanas, le han dado este significado. Por eso, probablemente, Joan Manuel Serrat, en su discurso de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universitat Pompeu Fabra, el primero que recibe en Catalunya, recuperó precisamente esa canción de todo su repertorio.
Un cantautor es un cronista de su pueblo y de su tiempo. Y “los tiempos confusos que vivimos” son también los suyos. Serrat, “en una casa de la cultura” como la Universidad “en un momento en que el humanismo está siendo tan maltratado”, quiso alzar la voz por la democracia. “Es necesario recuperar los valores democráticos y morales, sustituidos por los valores del mercado”, dijo el artista, calificando la situación que se ha dado en las calles y plazas de España como “una bocanada de aire fresco” para despertar a una sociedad adormecida.
En un auditorio casi lleno de un público joven, universitario y (se presume) inconformista, y acompañado de algunos amigos como Quico Pi de la Serra o Àngel Casas y de algunos políticos de la oposición (Montserrat Tura o el alcalde en funciones, Jordi Hereu) y pocos (uno, el secretario de Universidades, Toni Castellà) del Govern, Serrat entró al son de El meu carrer, interpretada al piano por su compañero Kitflus. Antes, la música de Aquellas pequeñas cosas había amenizado la llegada del rector, Josep Joan Moreso y autoridades.
"Buena parte de nuestra educación sentimental, el habernos abierto los ojos y el corazón a los versos en nuestra lengua y habernos mostrado el atajo para recuperar la dignidad como ciudadanos", dijo el rector al presentar a Serrat. Pero el homenajeado, como siempre, tenía algo que decir. Por encima de los reconocimientos que le han valido el doctorado, Serrat habló claro. Criticó la ausencia de referentes en la sociedad actual y la falta de confianza en los representantes políticos. Y se quejó por una crisis que no considera sólo financiera, sino de modelo de vida. “Nos toca”, dijo, en primera persona, “sustituir el mundo de los valores del librecambismo por el de los valores humanos”.
Sin pelos en la lengua, Serrat criticó que "estamos en tiempos de vergüenza y de renuncia en los que espectadores y víctimas, a la vez, parecen esperar que los mismos que nos han llevado hasta aquí resuelvan los problemas". Sin embargo, él sabe que este "sistema desigual e inestable", controlado por unos pocos, no está en condiciones de regalar "paz y tranquilidad", después de que se hayan "dado millones de dólares a los irresponsables" y ahora estén "imponiendo reformas en el mercado laboral, en las pensiones y privatizando servicios públicos". "Se refuerza el poder financiero, el político y el de la banca, que con las ayudas públicas y el dinero de la gente renovará sus ataques especulativos", adelantó, nada optimista. "La codicia de unos, la incompetencia de otros, la ignorancia y la poca vergüenza de muchos nos han situado en un mercado en el que todo tiene un precio, donde todo se compra y todo se vende”, sentenció.
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