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SÉS: "He estado vetada por gente que ni siquiera ha escuchado mis canciones"

La música gallega Sés durante uno de sus conciertos.
La música gallega SÉS durante uno de sus conciertos. Cedida / Ángel Vila

El folclore contemporáneo gallego tiene nombre y apellidos. La cantautora María Xosé Silvar (A Coruña, 1982), más conocida como SÉS, lleva una década sobre los escenarios. Además de componer e interpretar sus propios temas, también se encarga de la edición técnica. Tiene ocho discos en la mochila y unos cuantos carteles de sold out que la abanderan en Galicia y América Latina. El próximo 23 de mayo llega a Madrid para presentar su último trabajo, Diante un eco, en la Sala Galileo. Antes de coger el micrófono y la guitarra, charla con Público sobre política, cultura y el precio de nadar a contracorriente.

Ocho discos publicados en 12 años. ¿Qué hay detrás de este último trabajo?

Estamos ante una serie de canciones autónomas con mi voz y mi persona como hilo conductor. Cada uno de los temas los compuse en un momento vital diferente, algunos tienen incluso nueve o diez años. Este disco tiene canciones muy antiguas y hace referencia a la concepción cíclica de la historia. La deriva sociopolítica a la que nos enfrentamos también está muy presente. Además de escribir e interpretar las canciones, edito todos los instrumentos. Asumo tanto la producción artística como la ejecutiva, que es algo que pocas veces sucede.

¿En qué se inspiran las letras de SÉS?

Se inspiran en toda mi experiencia, tanto individual como colectiva, en mis emociones. Siempre digo que, en la historia del arte, no sólo de la música, hay cuatro o cinco temas. La diferencia es la perspectiva. Las obras hablan todas de lo mismo: amor, muerte, despecho... La diferencia es la pluma con la que se plasman estas emociones.

En alguna ocasión dijo que no le gustaba definirse como cantante. ¿Por qué?

Es que no soy cantante. Si lo fuese, también lo serían Paco Ibáñez, Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina o Jorge Drexler. Nadie llama cantante a un hombre que escribe, mezcla, produce y paga sus propios discos. Somos mucho más que eso. Es una forma de reducirnos, principalmente a las mujeres. Es una cuestión de género.

"Me posiciono, pero como todos, porque el silencio también es posicionamiento"

Lo mismo me ocurre cuando, como ciudadana, hablo de política. Es algo que me molesta mucho, porque me veo reducida a un sujeto político. No soy política, soy música. De hecho, soy más música que muchos otros que no hablan de política. Lo que pasa es que me posiciono, pero como todos, porque el silencio también es un posicionamiento

¿Le ha pasado factura?

Claro que me ha pasado factura. No soy una persona cobarde y me gusta dar mis opiniones como ciudadana, pero noto que se me caricaturiza y no me siento identificada. Muchas veces echo en falta que se me pregunte por mi trabajo, por la música que hago. Las personas que nos posicionamos en contra del sistema somos víctimas de una politización constante. 

"He estado vetada en la Televisión de Galicia y en muchos ayuntamientos"

Yo sé cómo me tendría que comportar para no pagar determinados precios, claro que lo sé, pero tengo una noción de la ética y la justicia que me impide quedarme callada. Las consecuencias, obviamente, no me agradan. He estado vetada en la Televisión de Galicia (TVG) y en muchos ayuntamientos, por gente que, seguramente, ni siquiera ha escuchado mis canciones, solo mis opiniones.

A pesar de los vetos ha llenado multitud de auditorios durante la última década. ¿Goza de buena salud la industria cultural gallega?

La industria cultural gallega como tal no existe. No existe porque falta lo imprescindible, que es la clientela. Para que exista una industria tiene que haber clientela y para que exista clientela tiene que haber base social. Esto ocurre en Catalunya y en Euskadi, pero no en Galicia. Hay un auto odio que lejos de menguar, avanza. Tenemos una lengua a la que le quedan 40 años de vida. Existen proyectos que pueden funcionar, pero eso no quiere decir que exista industria.

En sus letras siempre ha defendido los derechos de las mujeres. ¿Qué papel juega la música en este sentido?

Yo no creo en la capacidad que tiene la música para alentar o provocar cambios sociales. Las artes son consecuencia de la sociedad en la que se originan, nunca son causa. Me gustaría creer lo contrario, que el arte es un martillo para moldear la realidad, pero es justo al revés, es la realidad la que determina el arte. La música, la literatura o el cine de una época siempre nos hablan de las características políticas y sociales de esa época. Si una mente consigue abrirse gracias a una canción o un poema es porque, probablemente, ya estaba destinada a hacerlo.

¿Cuál es la situación actual del movimiento feminista en España?

Probablemente estemos ante la peor situación de los últimos años. Hay una guerra armada de dos bandos muy polarizados. Yo, que tengo las redes sociales principalmente para asustarme, lo que veo es una criminalización del debate. Te pueden cancelar por el mero hecho de hablar con alguien que, a priori, no opina como tú. Se criminalizan los libros y precisamente lo que noto es una falta importante de lecturas. La situación me asusta. A mí me llegaron a llamar de todo por publicar una foto leyendo un libro. Eso me recuerda a un señor que quemaba libros muy bien, se llamaba Adolf Hitler...

Este año hay elecciones. ¿Qué pasaría si ganasen la derecha y la ultraderecha?

"La política lingüística de Feijóo en Galicia ha sido genocida"

Un cambio de gobierno lo es todo, para muestra Irán. Se pueden retroceder siglos en tan sólo unas horas. El gobierno es el único que puede mandar sobre la educación, es decir, sobre el futuro, que es una de las pocas soluciones que existen al problema actual. La situación es muy compleja, porque ahora también influyen otros elementos como las redes sociales y los medios de comunicación. Por mucho que un gobierno implemente un sistema educativo más igualitario, no puede luchar contra el monstruo de la globalización. Es lo que tiene vivir en la era de la desinformación

¿Nos dirigimos hacia un mundo con menos libertades?

Está claro que nos dirigimos hacia un mundo mucho más polarizado, que se construye gracias a la falsa idea de libertad que circula por ahí. Cada vez hay más cadenas, pero cada vez son más difíciles de ver. Nos dirigimos hacia un futuro bastante ingrato, con mucho más odio. Lo único que nos puede salvar del odio, además de la educación, es una revolución cultural.

¿Y el gallego, quién lo puede salvar?

Una lengua que no hablan los niños es una lengua que muere. El problema lo define muy bien una amiga mía que es profesora de lengua y literatura gallega en un instituto. Un día me dijo que ella era muy consciente de que, en realidad, era maestra de latín. Se entiende, ¿no? El latín no ha muerto, se seguía dando misa en latín durante el siglo XX. Con el gallego pasará lo mismo, quedará como lengua ritual, en el folclore, porque no se puede desligar la muiñeira del gallego. Pero eso se llama lengua ritual, no es un código vehicular vivo.

Tal vez la política lingüística de Feijóo haya tenido algo que ver...

La política lingüística de Feijóo en Galicia ha sido genocida.

¿Qué les diría a todos los que hasta hace un año no lo conocían?

Estoy muy sorprendida con Feijóo. Ahora se está enfrentando a la política real. En Galicia, el Gobierno no ha cambiado desde 1936. Ha vivido como ha querido. Ahora veremos realmente sus capacidades y, en base a ello, la gente podrá juzgar lo que le sugiere. Personalmente, me importa entre poco y nada.

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