Este artículo se publicó hace 14 años.
Tulsa, diez canciones con la muerte al fondo
Miren Iza, cantante y cerebro de Tulsa, habla sobre la muerte como si estuviera repasando la lista de la compra: "La muerte está ahí esperando, detrás, mientras nosotros estamos a otra cosa". Lo hace a propósito del enigmático título de su segundo disco, Espera la pálida (Subterfuge). Sin complejos, Miren dice que quería un título pretencioso: "La pálida es la muerte. Hay varias formas de elegir un título: poniendo lo primero que se te ocurre y que suene bien o pensándolo un poco más. Yo elegí lo segundo".
Su rock americano cantado en castellano ha seducido a artistas consagrados como Enrique Bunbury (que la invitó a cantar en su nuevo disco) o Christina Rosenvinge, con la que ha compartido escenario.
Su segundo disco está consagrado a contar de forma bastante cruda las consecuencias del desamor. "A mí me gusta la gente que se pringa, que se moja y se mete en el barrizal. Hay quién existe como si la miseria no existiera, es una estupidez", indica la cantante, que en el tema Barro se inspiró en un poema de Miguel Hernández.
El lado oscuroSu intención no es deprimir a nadie, pero sabe que para avanzar hay que meterse en el fango. "Hay esperanza, pero es necesario aceptar la limitación, la miseria, el dolor, las confusiones que hay entre dos personas... De todas formas, tampoco siento así todo el rato. Y a veces digo, mierda, soy incapaz de reflejar lo que viene después", recalca.
Para Miren Iza, que el próximo 24 de marzo participará en un concierto de Intermón Oxfam en Madrid, escribir canciones no es ninguna tabla de salvación. "No soluciona nada. A veces incluso lo complica todo. No hay un para qué en el hecho de escribir canciones. Es algo misterioso y por eso lo hace grande", concluye la cantautora.
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