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"Si tuviera delante a mi personaje, lo abofetearía"

Josh Brolin. El protagonista de la nueva película de Woody Allen destapa algunos secretos del rodaje del filme

CARLOS PRIETO

Sólo unos pocos actores en el mundo pisan la alfombra roja de Cannes a lo largo de su vida. Y hacerlo dos veces seguidas en la misma edición, de la mano de Woody Allen y Oliver Stone, ya es de traca. Josh Brolin (Los Ángeles, 1968) es el hombre de moda. Recientemente lo hemos visto en No es país para viejos y Milk, que casi le proporciona su primer Oscar. Y ahora presenta Wall Street: el dinero nunca duerme y la producción catalana You will meet a tall dark stranger, último filme de Woody Allen, donde interpreta a Roy, un hombre ambicioso y gruñón. Brolin, experto en tipos duros, sorprende en su vena cómica.

Lleva usted varios días frenéticos. ¿Cómo se encuentra?

Contra todo pronóstico, bien. Pese a todas las entrevistas que hice ayer y todo el alcohol que bebí anoche, estoy extrañamente calmado. Debe ser porque me gustan mucho Oliver Stone y Woody Allen.

Supongo que no volverá a dudar de su carrera después de este baño de masas.

Es curioso que me pregunte eso porque Woody me comentó en el plató que a veces la inseguridad de los actores puede llegar a ser insufrible. Yo también tengo mis inseguridades, pero tengo claro que ser actor puede llegar a ser muy humillante, dependiendo de qué tipo de cosas te hagan hacer. No soy uno de esos intérpretes que se pasa todo el rodaje gimoteando y diciendo cosas como: [Pone voz quejumbrosa] '¿He estado bien en esa escena? ¿No deberíamos repetirla? Dime lo bueno que soy'.

¿Qué tipo de cosas humillantes le hizo hacer Woody Allen?

Muchas. Para empezar, en la película parezco un gorila (risas). Y no me gusta nada la forma de ser de mi personaje. Le odio. Está todo el rato pensando en sí mismo. Yo, yo, yo, yo y yo. Si lo tuviera delante, lo abofetearía sin dudar. Los actores suelen decir que te tiene que gustar tu personaje. Eso es totalmente falso. Lo que tienes que hacer es preo-cuparte por hacerlo bien.

¿Cómo fue el rodaje con Allen?

Muy bien. Tiene fama de que se sienta en una silla y no da ninguna instrucción a los actores, pero no es cierto. Creo que fue Javier [Bardem] el que me dijo que a él no le dijo ni pío cuando trabajaron juntos [en Vicky Cristina Barcelona]. Pero yo me pasé todo el rato preguntándole cosas sobre el personaje. Sin parar. Es posible que acabara hasta las narices de mí (risas). Además, me hace reír. Su rueda de prensa del otro día ha sido la más hilarante de todos los tiempos. Es increíblemente inteligente. Oliver Stone también lo es, aunque de un modo completamente diferente.

En la película, usted liga con Dia, interpretada por la actriz india Freida Pinto, que está empezando su carrera en Hollywood tras triunfar con Slumdog Millionaire'. ¿Cómo la vio?

Estuvo fantástica. No es fácil para un actor captar a la primera el ritmo Allen, que tiene una manera de hablar especial y diferente, que no es exactamente el modo natural en el que nos expresamos normalmente. Simplemente es el toque Woody. Y no es sencillo de pillar cuando tienes poca experiencia y no digamos ya si el inglés no es tu primera lengua. La chica estaba aterrorizada. Aterrorizada. Todo el día aguantándonos a Woody y a mí. Pobre mujer (risas).

¿Cuáles son sus películas favoritas de Allen?

Un montón. Manhattan, Broadway Danny Rose Y Annie Hall, aunque sea una elección un tanto obvia. También me gusta mucho Vicky Cristina Barcelona. Penélope [Cruz] estuvo soberbia ahí.

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