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Valencia David Segarra: "La huerta valenciana ha demostrado una flexibilidad y una resiliencia extraordinarias"

El cortometraje 'Renaixem', estrenado hace unas horas, es un canto al esfuerzo de los agricultores valencianos para garantizar productos frescos y de proximidad durante el confinamiento. El periodista David Segarra reivindica el sistema de soberanía alimentaria que ofrece la superficie agraria de la capital del Turia.

Fotograma de 'Renaixem'./ David Segarra
Fotograma de 'Renaixem'./ David Segarra

Hèctor Serra

"Siempre la hemos tenido ahí. Ha vivido todas las pestes medievales, pandemias, guerras, crisis económicas. Esas pequeñas parcelas, bellísimas, no son caprichos anacrónicos. Son un sistema de supervivencia vivo que cuenta con una sabiduría acumulada a lo largo de un milenio". Y así, entregándonos imágenes fascinantes de los agricultores valencianos trabajando con las mascarillas en tiempo de coronavirus, revelando una sensación "entre lo utópico y lo distópico", es como el periodista David Segarra se propone un sincero homenaje a la huerta, sus trabajadores y su producto de calidad y proximidad. 

Renaixem (Renacemos) es una nueva incursión al campo valenciano que documenta el esfuerzo y la persistencia de los trabajadores de la tierra en una coyuntura como la actual. Segarra, alma inquieta del periodismo y también activista por los derechos humanos, asumió la idea cuando los efectos de la pandemia empezaron a vislumbrarse en nuestro país. "Con el confinamiento, los medios de comunicación empezaron a hablar mucho del heroísmo de diversos sectores sociales que están sosteniendo la vida (médicos, enfermeros, personal de limpieza, de supermercados…). Era extraordinariamente sorprendente que no se hablara de aquellos que alimentan a toda la sociedad, aquellos que sostienen toda la pirámide de la civilización", expresa.

Fotograma de 'Renaixem'./ David Segarra
Fotograma de 'Renaixem'./ David Segarra

¿Cómo comprimir esa herencia milenaria en una pieza audiovisual de poco más de 10 minutos? Renaixem lo hace dando voz a sus protagonistas contemporáneos. Personas como Daud, de padre palestino y madre valenciana, que se ha enamorado de esta tierra y su símbolo resucita la figura del labrador como una profesión cabal y respetada. O Issa, senegalés que ha hecho de su trabajo en las hanegadas su manera de afrontar la vida. O Mireia, joven campesina nacida en La Punta, vendedora en una parada del mercado de Algirós, ejemplo de aquellas familias locales que, generación tras generación, fijan raíces en su amor a los orígenes.

"Sí, hay una nueva generación de jóvenes llauradors que han tomado el relieve y que se sienten herederos y discípulos de esta tradición que se basa en adaptarse e innovar. La huerta no solo no muere sino que renace con cada generación. En cada momento histórico se ha mejorado, siempre respetando la sostenibilidad y el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza", argumenta el periodista. Y, para muestra, lo que está pasando estos días. Los agricultores del campo valenciano han visto dispararse su trabajo en romperse gran parte de las líneas de importación/exportación y han reorientado los tiempos y las actividades para garantizar producción y distribución a una población que, más que nunca, valora el producto local, fresco y saludable.

Con esta obra, Segarra continúa ahondando en el universo del paraje milenario valenciano, tal y como ya lo hizo con su multipremiado cortometraje Savis de l’horta (Sabios de la huerta). Tanto en aquella ocasión como ahora, el activista ha puesto el foco en "la flexibilidad y la resiliencia extraordinarias" de un escenario que, durante años, ha convivido con el estigma de "caduco" o "romántico". Sin embargo, el periodista insiste en que la pandemia ha demostrado justo lo contrario y que los sistemas globalizados se han revelado como los más débiles. Ante el colapso que sectores como el turismo o la industria están afrontando estos días, Segarra reivindica "la inteligencia colectiva que forman los agricultores de la huerta".

"Red de redes"

¿Estamos ante el renacimiento de las actividades relacionadas con el sector primario? ¿Asistiremos, como algunas voces predicen, a una revalorización del medio rural y de los espacios a los que se ha dado la espalda en otros tiempos? Y, sobre todo, ¿ha llegado el momento de que los dirigentes políticos dejen de sepultar la huerta a través de sus proyectos de asfalto? Cabe recordar que, hace tan solo unos meses, la huerta de l’Horta Nord —una de las localizaciones protagonistas en el documental— volvía a la actualidad con la amenaza de varios planes urbanísticos de fondo.

Segarra es optimista: "No podemos olvidar que la crisis económica de 2008 paró la mayoría de procesos destructivos sobre la huerta. El sistema especulativo, que se muestra tan arrogante e invencible, es un gigante con pies de barro". Para el director, las tendencias muestran que, ante la magnitud de la crisis que los expertos predicen, es muy posible que los tiempos de depredación paisajística tengan los días contados. Su apuesta, como la de centenares de movimientos sociales que han luchado durante décadas por este territorio, pasa por aprovechar la riqueza que ofrecen las fértiles extensiones que rodean la capital del Turia y que han configurado una identidad tan marcada en el imaginario colectivo.

Fotograma de 'Renaixem'./ David Segarra
Fotograma de 'Renaixem'./ David Segarra

"Pocas ciudades tienen la capacidad de producir de una manera tan rápida, local y directa. València está en un lugar privilegiado a nivel europeo y mundial", señala el autor de Renaixem; y añade: "Es una ciudad moderna y con una gran área metropolitana, pero con un sistema periurbano de huerta único. Si esta pandemia se hubiera extendido cuatro o cinco meses más, ciudades como Londres, París, Madrid o Barcelona habrían sufrido desabastecimiento. Pero no València. En lo que respecta a soberanía alimentaria, València tiene un seguro de vida ante cualquier crisis".

En su reivindicación, Segarra califica como una "red de redes" el sistema de soberanía alimentaria del cual ha sido testigo durante el rodaje del corto. Un proceso que empieza en el campo, continúa en Mercavalència —el gran centro logístico de abastecimiento donde miles de agricultores, compradores y vendedores se encuentran cada noche mientras la ciudad duerme— y desemboca en los mercados municipales y de distrito, así como en las pequeñas tiendas de barrio. "Debe valorarse esta red autogestionada y local, en contraste con el sistema de las grandes superficies, que acuden a grandes plataformas internacionales, empobreciendo nuestra economía y nuestra salud", concluye.

Renaixem cuenta con la dirección de Segarra, la realización de Pepe Ábalos y una banda sonora original creada ex professo por Efrén López. Ha apoyado la idea el Ayuntamiento de València y el Centro de Innovación Las Naves. Las cámaras han transitado pedanías valencianas como El Castellar-L’Oliveral, El Saler, Poblenou o La Punta y otros pueblos de la comarca de L’Horta Nord como Foios, Meliana, Albalat dels Sorells y Alboraia.

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