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"A veces, el miedo no nos deja hablar"

Magaly Soller, protagonista de 'Amador'

C.P.

La carrera de Magaly Solier (Huanta, Perú, 1986) ha cogido carrerilla últimamente. Debutó en 2005 con Madeinusa, ópera prima de la cineasta peruana Claudia Llosa. Pero no fue hasta el año pasado, tras el éxito de la coproducción española La teta asustada (Claudia Llosa), nominada al Oscar a la mejor película extranjera y ganadora del Oso de Oro en la Berlinale, cuando todo el mundo empezó a fijarse en ella. Resumiendo: entre Magaly Solier y Claudia Llosa han puesto el cine peruano otra vez en el mapa. Ahora, la actriz ha saltado el charco para rodar Amador a las órdenes de Fernando León. El reto ha sido grande. Solier aparece en casi todas las escenas del filme. Y tiene que ponerse en la piel de una mujer metida en un lío tremendo. 'Yo también he sido inmigrante, pero en Perú, emigré de la sierra a la ciudad y me sentí como Marcela durante casi un año. No tuve que tomar esas decisiones que toma ella, pero sí otras', contó ayer.

¿Qué le parece a usted que Marcela no le cuente a nadie el pequeño lío en el que se ha metido?

Si me pasara a mí algo así iría corriendo a avisar a alguien (risas).

¿Por qué Marcela no lo hace?

'Marcela actúa así por necesidad, que te obliga a hacer cosas sin pensar'

Por necesidad. Porque a veces la necesidad te hace hacer cosas sin pensar.

Tampoco parece tenera quién decírselo

Sí. La desconfianza. El no poder hablar con casi nadie. El miedo a que le castiguen por no haber hecho bien su trabajo. El miedo, a veces, no nos permite hablar. Pero, al final, la película te da una sorpresa muy grande.

'Es una mujer que nunca se rinde, siempre acaba renaciendo'

También hay humor

Cuando empecé a leer el guión pensé: drama, drama. Según iba leyéndolo iba poniéndome cada vez más triste, pero al final acabé riéndome a carcajadas. Es un drama yuna comedia.

¿Una tragicomedia?

Eso es.

¿Cuál fue la parte más complicada de interpretar a Marcela?

Lo que más me costó de aprender fue su manera de comunicarse. También su mirada. Y su modo de pensar. ¿En qué estará pensando esta mujer? ¿Por dónde va a salir? Necesitaba saber cuándo estaba tranquila, cuándo estaba alterada, trabajar su respiración. Ha sido un trabajo complicado.

¿Le dio muchas vueltas?

Sí. Antes de empezar a trabajar con el resto del equipo estuve preparando el personaje cuatro meses yo solita en Perú. Me quedaba sola en la cocina para sentir a Marcela. Escuchando el zumbido del frigorífico para ir metiéndome en el personaje. Y mientras, iba comiendo más y más para ponerme en el peso de Marcela. Tenía que quedarme más agarradita porque antes estaba muy flaca. Luego llegué acá. Y al director le gustó mucho casi todo lo que le mostré en losensayos.

¿Qué aprendió de Marcela durante el rodaje?

Para entonces ya sabía perfectamente en qué pensaba. El director me preguntó varias veces cómo creía yo que Marcela podía salir de su situación. Se me ocurrieron varias cosas. Porque Marcela es una mujer que nunca se rinde del todo. Y siempre renace.

¿Qué le aporta a esta mujer el personaje de Amador?

Le ayuda muchísimo. Le dice como son las cosas de frente.

¿Cómo ha sido la experiencia de rodar con Fernando León?

Uy tiene una paciencia inmensa. Sabe lo que quiere de su personaje, confía en él, confía en los actores, habla con todo el mundo. Es un director con mucho talento.

¿Contenta?

Ha sido un reto venir hasta acá. No conocía a la gente y tenía que quedarme mucho tiempo aquí. Pero para conseguir lo que te propones tienes que hacer un esfuerzo.

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