Este artículo se publicó hace 13 años.
Venecia ovaciona a Al Pacino
El intérprete presenta su último trabajo 'Wilde Salome', una cinta que está a mitad de camino entre la ficción y el trabajo documental
Al Pacino aprovechó el homenaje de Venecia para presentar su último trabajo como director, una cinta que trata de reflexionar sobre el proceso de creación de un film, a mitad de camino entre un documental y la ficción.
Ganador de un Óscar y con otras siete nominaciones, Pacino se ha hecho merecedor del premio Jaeger, Le Coultre Glory to the Filmmaker 2011, un galardón que otorga la Mostra de Venecia a la carrera de un artista que se ha convertido en uno de los actores más importantes del cine contemporáneo.
"Esta noche voy a recibir un premio del que no conozco muy bien los detalles", dijo honestamente el actor, que sin embargo agradeció que fuera por su labor como realizador, algo que empezó hace 25 años cuando decidió comenzar a filmar las cosas que le gustaban.
"Me enamoré de la idea de hacer una película, es algo mágico para mí" explicó Pacino, quien reconoció que en aquella primera etapa realizo cinco o seis filmes que están bien guardados y que nunca exhibirá -"como mis pinturas", agregó.
"Me enamoré de la idea de hacer una película, es algo mágico para mí" Pero fue suficiente para que se diera cuenta de que amaba la labor del director y además le sirvió para hacerse más fácil para los realizadores con los que ha trabajado después. "No sabía hasta entonces nada de las necesidades del director".
Después de mucho experimentar, ya en la década de los noventa, en 1996 concretamente, se lanzó con su primera película para el gran público Looking for Richard. Un documental que le sirve al intérprete de Serpico para mostrar el proceso de creación de la obra de teatro Richard III y con el que Pacino quería presentar a Shakespeare a la audiencia.
Quince años después llega a Venecia con Wilde Salome, un proyecto donde muestra cómo pone en pie la obra de Oscar Wilde, protagonizada por él mismo y por Jessica Chastain. En este caso, lo que quería era mostrar el gran escritor que fue un genio "que fue apartado antes de que se le comprendiera".
De ahí que en su filme mezcle el proceso teatral con una visión de la vida de Wilde, del que visita su lugar de nacimiento, en Irlanda, la casa en la que vivió en Londres y en la que murió en París. Un filme interesante, aunque menos para los que hayan visto su primera cinta como director, que desvela los entresijos en los que se mueve Pacino y su "banda" para preparar la obra.
"Cuando trabajas en teatro y cuando trabajas con tus colegas, se forma una banda de forma natural. Al principio la gente no es tan abierta pero después de unos días todos estamos juntos para interpretar esa obra y dependemos los unos de los otros", explicó el protagonista de El padrino. Una empresa conjunta que se aprecia en Wilde Salome, su nuevo proyecto.
"Un día dije que tenía una visión pero no una historia y he intentado crear una historia. Pero no sé muy bien qué es. Digo que es un documental porque no es un filme, pero tampoco es un documental", señaló el estadounidense, bastante relajado y encantado de estar en Venecia.
"Recomiendo tener un guión, a mí mismo también" Decidió hacer esta cinta después de conocer a Jessica Chastain y la encontró perfecta para el papel. Pero una vez iniciado el rodaje, se bloqueó, así que decidió parar cinco meses antes de ver de nuevo el material que ya había rodado. "Entonces sí supe lo que tenía que hacer".
Lo tenía tan claro que finalizó el trabajo en apenas una semana y media. El problema, explica con sorna, fue la falta de guión. "Recomiendo tener un guión, a mí mismo también", afirmó ante un público entregado.
El encanto de Pacino
Pacino conquistó a todos en Venecia con su verborrea, sus bromas entre líneas y hasta con su aspecto que parecía sacado de uno de sus éxitos de los años setenta. "He hecho cosas que me gustaría no haber hecho, muchas cosas. Pero así es como son las cosas y todos lo sabemos", aseguró el actor, de 71 años y con una cincuentena de títulos a sus espaldas, incluido Esencia de mujer, con el que ganó su único Óscar en 1993.
Una larga carrera que continuará porque, afirmó un tanto sorprendido: "Aún hay películas que vienen a mí". "Siempre digo que voy a ser selectivo pero no lo soy porque siempre quiero hacer algo. Espero algún día seguir la filosofía de hacer lo que siento que es adecuado para mí", concluyó.
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