Este artículo se publicó hace 13 años.
Yann Tiersen combate el capitalismo con ruido
El músico incluye un discurso del Che en su nuevo álbum
A Yann Tiersen hay que imaginárselo como un mago loco que va sacando objetos inesperados de una chistera ante los gestos de admiración del público. Primero una cálida tonada con acordeones y xilófonos, luego una montaña de coros celestiales a lo Vangelis, más tarde una descarga de ruido desquiciante y finalmente, tachán tachán, al mismísimo Che Guevara. El líder revolucionario aparece en su nuevo disco, como una voz de ultratumba, con su famoso discurso ante la ONU en 1964, en el que anunciaba que los pobres de Latinoamérica habían recuperado el control de su destino.
Aunque el mago, al otro lado del teléfono, intenta hacer un último juego de manos ("No hay mensaje, es sólo música", dice para desviar la atención), dados los tiempos en que vivimos, sorprendería que hubiera utilizado ese alegato revolucionario por el timbre de barítono del Che. Y menos aún cuando, en las fotografías de promoción, Tiersen aparece luciendo una camiseta de la Facción del Ejército Rojo, la organización terrorista de la izquierda radical que surgió en Alemania en la posguerra.
"Tenemos que encontrar una nueva forma de organizar el mundo"
Al final, el músico acaba confesando (y hasta sugiriendo un nuevo orden económico mundial): "Como ser humano, estoy interesado en la política. Tenemos que encontrar una nueva forma de organizar el mundo, ahora que el capitalismo más duro está muriéndose y que nos estamos dando cuenta de que es algo realmente malo para la tierra y para la gente. Hay que acabar con el capitalismo a gran escala, el de la gente que está haciendo dinero con nada. Habría que pensar en un capitalismo a pequeña escala, un compromiso honesto entre socialismo y pequeño capitalismo".
Mirar al cieloSi su anterior trabajo lo tituló Dust Lane ("Calle del polvo"), ahora habla de Skyline ("Horizonte"), un cambio de altura que se refleja en un sonido más claro y luminoso. Sigue recurriendo al ruido y la distorsión como elemento unificador de las canciones, pero la atmósfera en esta ocasión no es tan opresiva como en su predecesor. "El disco mira más hacia el cielo, es más abierto, incluso más optimista. No sé cómo explicarlo, creo que las canciones hablan solas", responde en un inglés con acento bretón.
"El disco mira más hacia el cielo, es más abierto, incluso más optimista"
Al repasar las canciones, se fija especialmente en Monuments, un escaparate con todos los elementos que se reproducen en el resto del álbum.Tiersen combina instrumentos acústicos (campanas, guitarra española, xilófonos, acordeón), con voces etéreas, coros abstractos y guitarraseléctricas flotantes. Una curiosa mezcla entre el folk artesanal, el post-rock y la música new age (hay pasajes que recuerdan a Enya) que cocina con paciencia y meticulosidad.
"Este disco contiene ideas que venía trabajando desde antes de Dust Lane. Hay más sintetizadores, por ejemplo. La música la compongo solo, todos los instrumentos, pero luego, para los conciertos, los músicos aportan, esta-mos todos al mismo nivel", sostiene el músico.
La casa de discos de Tiersen advierte a todos los medios de que las entrevistas no se centren en la banda sonora de Amelie, lo que se nota por la concisión con la que responde el músico. "No fue una banda sonora. El director cogió varias canciones de un disco que había hecho años antes", remata.
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