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Estreno de 'El acusado' Yavn Attal: "Con el #MeToo me extrañó la cantidad de hombres que no eran conscientes de haber herido a una mujer"

El cineasta reflexiona en 'El acusado' sobre el consentimiento, las complejidades de un juicio por violación y las secuelas de éste en los directamente implicados y sus familias. Estrenada en el Festival de Venecia, la película ganó el Premio a Mejor Dirección y Guion en el BCN Film Fest.

Charlotte Gainsbourg y Pierre Arditi, en una escena de la película
Charlotte Gainsbourg y Pierre Arditi, en una escena de la película. Karma Films

Por mucho que le duela al PP y a Vox, la Ley de Garantía de la Libertad Sexual, más conocida como la ley del 'solo sí es sí', deja más claro que el agua pura y cristalina dónde está el límite del consentimiento. A partir de ahora, los jueces no tendrán ninguna excusa para decidir si se ha producido un delito sexual.

Sin embargo, toda la realidad no la dicta la justicia y, más allá, la pregunta que se hace el cineasta Yvan Attal en su nueva película, El acusado, no es en absoluto banal. "¿Por qué hay tal cantidad de hombres que sinceramente no tienen conciencia del hecho de haber herido a una mujer?"

Presentada en el Festival de Venecia y Premio a la Mejor Dirección en el BCN Film Fest, la película disecciona, desde un juicio por violación, las complejidades e implicaciones emocionales de víctima y verdugo, y de sus familias, y la reacción social.

Adaptación de una novela de Karine Tuil y con guion escrito por el director junto a Yaël Langmann, El acusado se aleja de maniqueísmos y reclama honestidad a una sociedad que clama por la igualdad. "Considerar a una mujer como una igual, también es considerar que ella es capaz de decir 'no'. La película muestra que una mujer puede no decir que 'no' y eso no significa decir que 'sí'".

En El acusado, los padres de los jóvenes son ahora pareja, pero a causa del juicio, se ven obligados a separarse, su relación ya no es posible. Ben Attal y Suzanne Jouannet son acusado y víctima, mientras que los padres están interpretados por Charlotte Gainsbourg, Pierre Arditi, Mathieu Kassovitz y Audrey Dana.

Suzanne Jouannet y Ben Attal son los jóvenes protagonistas del filme
Suzanne Jouannet y Ben Attal son los jóvenes protagonistas del filme. Karma Films

Uno de los atractivos de la película es la invitación a la empatía con todos los personajes. ¿Poner al espectador en distintas posiciones era su intención o quería preguntarse usted a sí mismo sobre este asunto?

El objetivo es llevar al espectador a una historia, hacerle pensar… pero yo tuve ganas de hacer esta película por otras razones también. Cuando leí el libro, hizo que me identificara con los padres del chico y con los de la chica continuamente. Pensé que eso era interesante, me daba que pensar el hecho de que no existe una sola verdad.

¿Y no se identificó con el chico o la chica?

¿Has visto mi edad? Tengo un hijo y dos hijas, ¡joder, si le pasa a uno de ellos! Era más fácil identificarme con los padres.

El guion está coescrito con Yaël Langmann, ¿en este trabajo era más importante el punto de vista femenino?

El libro está escrito por una mujer y la coguionista es una mujer, pero no es algo específico para esta película, es la tercera vez que trabajo con Yaël Langmann, porque nos entendemos muy bien. Claro, también está el motivo que mencionas, aunque no solo es una razón para esta historia, sino para todas. Me gusta trabajar con mujeres porque tienen otra sensibilidad y otra manera de ver las cosas. La montadora que tengo habitualmente también es una mujer…

En un juicio se busca la verdad, pero hay una verdad para cada individuo, ¿no está, en este sentido, sobrevalorada la verdad?

Sí, lo está, pero a partir del momento en que hay un juicio, uno intenta entender lo que ha ocurrido como si tuviera que existir una sola verdad. Uno se da cuenta de que las cosas son complejas, independientemente del punto de vista desde el que miremos las cosas. Esta es una cuestión muy difícil y esa es una de las razones que me han llevado a hacer esta película, para rendir justicia a la justicia, a fin de cuentas. Vivimos en una época en que a la gente se la juzga muy rápidamente, con las redes sociales, y en la que podemos condenar a cualquiera.

Pero nos damos cuenta de que ir a los tribunales es un proceso que puede durar 30 meses, y si hay gente competente, profesionales, que necesitan ese tiempo de trabajo para intentar hacer justicia, está claro que hablamos de algo complicado y que no habría que tener en cuenta los juicios que se hacen hoy en día en dos minutos.

Que se dude de la palabra de una mujer en un juicio por violación, a las mujeres nos duele…

Para mí era importante, porque empecé por ahí, que no fuera una cuestión de hombres y mujeres. Se trata de cómo se hace, cómo actúa la justicia y por qué buscamos una verdad. Está claro que ella es la víctima y, de vez en cuando, si miente es para no hacer daño a la gente que tiene alrededor, pero no porque sea una mentirosa, porque en los hechos dice lo que tiene que decir. El chico dice lo mismo que ella sobre los hechos, solo que él tiene otra percepción de las cosas.

También quería que nos pusiéramos en el lugar del jurado y que pudiéramos ir en este movimiento entre él y ella. Podría haber hecho la película entre dos hombres, entre dos mujeres… me parece interesante ver la complejidad de las cosas. Uno tiene su propia verdad, pero no podemos negar que los demás pueden ver las cosas desde otro punto de vista. También está el tema del consentimiento del que se discute ahora mucho y yo quería hablar de ello.

El ritmo de la película permite silencios, dudas… se aleja de esta sociedad que, como usted dice, condena inmediatamente. Hay tiempo para las palabras, ¿necesitamos más palabras para entendernos unos a otros?

Sí, empecé por ahí, porque se necesita un tiempo para entender las cosas, entendernos unos a otros, en un juicio nos vemos obligados a escucharnos. Nuestra época hace que todo vaya muy rápido, en Twitter nos expresamos con un número de caracteres muy restringido y el pensamiento se reduce. Asistí a un juicio por violación y me sorprendió la atención que se presta a las palabras, a cualquier palabra, silencio, respiración... Cuando hay un testimonio, todo el mundo está pendiente. Un tribunal no es una sala de espectáculos. Hay un silencio extraordinario. Lo del mazo y el 'señorías' es de las películas, un juicio es algo muy serio y por lo tanto el asistir a este juicio influyó en el ritmo de la película. Cuando había alguien que declaraba quería cortar lo menos posible. Cuando uno está en un tribunal, todas las miradas se dirigen hacia él y la cámara permite esto.

Esta es una historia del post #MeToo.

No sé si estamos en este post #MeToo, pero es cierto que estos son movimientos que, de alguna manera, nos han asustado por lo radicales que son, pero han hecho avanzar en algunas cosas, por lo menos en la mirada que tenemos de las cosas. A mí lo que me extrañó del #MeToo fue la gran cantidad de mujeres que denunciaban y también la cantidad de hombres que sinceramente no tenían conciencia del hecho de haber herido a una mujer. Las dos cosas eran muy curiosas, pero sobre todo ¿por qué los hombres se quedaron tan pasmados ante el hecho de que pudieran haber hecho daño a una mujer? Esto es lo que nos interpela.

Hablando de esos hombres, el padre de él es un periodista influyente, un intelectual supuestamente progresista, pero un machista. ¿Este perfil puede ser parte del problema o de la explicación de por qué muchos hombres no se dan cuenta de que hieren a las mujeres?

No es un problema solo de los hombres, tenemos que ser honestos y decir que hay hombres que violan, que hay hombres victimas de mujeres al poder, que hay hombres violados por hombres y mujeres violadas por mujeres. Por supuesto, no vamos a negar el problema entre hombres y mujeres.

Evidentemente, culturalmente hay una lucha de las mujeres desde hace mucho tiempo y todavía hay mucho camino por recorrer, pero creo que todo esto está relacionado por el hecho de que uno está cegado por su propio deseo y que quizás no estemos lo suficientemente atentos al deseo del otro. Pero también, y es algo que yo puedo entender, considerar a una mujer como una igual también es considerar que ella es capaz de decir ‘no’. La película muestra que una mujer puede no decir que ‘no’ y eso no significa decir que ‘sí’.

¿Qué le ha hecho pensar este trabajo como padre?

Soy padre de un chico y de dos chicas, eso me ha hecho pensar en lo que decir a mis hijos, a mi hijo cómo tiene que comportarse con las chicas y a mis hijas que tienen el derecho de hablar de sus deseos y de decir que no.

La historia se cuenta desde el punto de vista del cineasta y del padre, pero tendrá otros muchos puntos de vista desde donde mirarla.

Evidentemente, pero puedo decir que también es el punto de vista de un hombre de mi generación. He hecho la película con mi sensibilidad y me dirijo a hombres y mujeres de todas las edades, de todas las personas que puedan ver esta película. Yo no estoy aquí para transmitir un mensaje claro, vista la época que vivimos hubiera sido mucho más fácil contar la historia de un violador malísimo con una chica muy mona, pero eso no hace que nos planteemos las preguntas.

En su opinión, entonces, ¿estos temas todavía tienen que debatirse mucho?

Esa es la película, si queremos debatir tenemos que tener un caso sobre el cual debatir, si las cosas no tienen cierto misterio en algún momento, no hay debate. Lo que quiero decir es que cuando una mujer o un hombre son violados de manera brutal y salvaje, sin que se defienda el punto de vista del violador, ¿qué vamos a decir aparte de condenarlo? no hay nada más que decir. La película plantea otras preguntas. Una de las cosas que me emocionan es ver al personaje de Charlotte, una mujer comprometida públicamente con el feminismo que dice que a pesar de tener las mejores ideas del mundo, cuando una cosa nos toca directamente, nos conmueve. Esto es una de las complejidades interesantes de la película, a pesar de que ella condene sin piedad cuando habla en público, cuando se trata de su hijo las cosas devienen más complejas.

Las consecuencias de un caso como éste en las familias es uno de los temas de la película…

Nada se repara por desgracia y eso es lo que cuenta. Esta chica quedará marcada de por vida y este chico, también. Y esto es lo que busca la justicia, reparar las cosas para todos, pero los daños colaterales son demasiados fuertes. El padre de la chica y la madre del chico se siguen amando, pero deben separarse, es la esencia de la película.

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