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Adrián a secas, no el hijo de Míchel

Los de Míchel siguen soñando con un puesto europeo. 

ALBERTO CABELLO

 

Ha tardado meses en llegar el momento que tanto ansiaba el chaval. Una ovación cerrada en su estadio. Nada de reproches ni recordatorios de su procedencia o su DNI. Adrián a secas, no el hijo de Míchel; ayer, no tuvo apellidos. Fue uno más. La actuación del jugador del Getafe apareció como una de las mejores perlas de un partido con muchos detalles exquisitos.

La estética sobrevivió a las punzadas de la eficacia. La diferencia es que los madrileños bailan y el Sevilla casi no se tiene en pie. Un equipo con una lección aprendida de carrerilla, contra otro que intenta sobrevivir con lo que puede en estas últimas etapas.

Con descaro, los andaluces se han arrimado a la sombra que más los cobija. A la eficacia de su pareja de delanteros. No da para más la cosa. Se han perdido todos los cimientos de una forma asombrosa. No queda ni rastro de aquella jerarquía de hace no tanto. El equipo presenta semana a semana una erosión cada vez más pronunciada.

Álvarez se ha percatado del problema. No es tiempo de nuevos catecismos. No hay mejor libro de estilo en tiempos de urgencia que la eficacia de Luis Fabiano y Kanouté. La aleación de estos dos tipos forma una pareja de atacantes prodigiosa. Sus goles casi consiguen lo imposible: tumbar a un gran Getafe. Espléndido en el trato del balón. Fue Adrián el que más brilló en este escenario. En la primera media hora, los palos de la portería de Palop se astillaron ante los remates de los madrileños.

Nada más marcar su gol fijó la mirada a la grada. No como desplante ni venganza, era una petición silenciosa de clemencia, de ser tratado como uno más, de que su aparición en el campo no sea protestada por ley. Una oportunidad para un futbolista con el sambenito de enchufado.

Cuando el viento soplaba más en contra, el Sevilla se acurrucó en sus goleadores. La mezcla de Luis Fabiano y Kanouté es lo único que parece tener valor en una plantilla que grita a los cuatro vientos que su ciclo está a punto de acabar.

Pero necesita mucho más el Getafe para derrumbarse. Le ha dado fútbol, pero también espíritu Míchel a este equipo. Se recompuso por dos veces de las puñaladas gracias a su buen empuje y a la falta de jerarquía de la defensa sevillana. Parejo redondeó la gran noche con el gol de la victoria en el descuento. Fue el premio al que mejor fútbol propuso.

4.- Getafe: Codina; Cortés, Rafa, 'Cata' Díaz, Mané; Boateng, Celestini (Casquero, min. 55); Pedro León, Adrián (Parejo, min. 76) Gavilán (Manu, min. 71); Miku.

3.- Sevilla: Palop; Stankevicius (Lolo, min. 66); Cala, Escudé, Fernando Navarro; Jesús Navas, Renato, Zokora, Adriano (Adriano, min 71); Kanouté y Luis Fabiano (Negredo, min. 82)

Goles: 1-0, min. 16: Adrián aprovecha un pase en profundidad de Pedro León. 1-1, min.33: Luis Fabiano remata una jugada de Adriano por la izquierda. 1-2, min. 37: Kanouté define dentro del área. 2-2, min. 58: Pedro León, desde dentro del área. 2-3, min. 59: Luis Fabiano. 3-3, min. 75: Manu del Moral.

Árbitro: Clos Gómez, del Comité Aragonés. Mostró tarjeta amarilla a Stankevicius (min. 18) por parte visitante y a Mané (min. 43), Miku (min. 55) Pedro León (min. 62), Casquero (min. 86) y 'Cata' Díaz por parte local. Expulsó por doble a amonestación a Kanouté (min. 21 y 85)

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada del campeonato nacional de Liga disputado en el Coliseum Alfonso Pérez ante cerca de 10.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por la muerte de Juan Antonio Samaranch.

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