Las manos y los pies de Almunia fueron la escollera del Arsenal ante la fuerza del oleaje del Manchester United. Los reflejos del portero español dan sentido a un partido de vuelta con un marcador aún incierto. El United elevó la exigencia física desde el minuto uno. Hasta que no hubo toque, los gunners sufrieron en un partido perfilado hacia las antípodas de su estilo.

Fue tajante la propuesta del conjunto de Ferguson en el inicio. Velocidad y presión a chorros. Una catarata que ahogó al Arsenal. Sólo Almunia pudo detener la riada. Sus compañeros de zaga no estuvieron a la altura al defender un saque de esquina forzado por el portero en una parada excepcional. O´Shea bombardeó la portería sin compañía de ningún rival.

A partir de la media hora Cesc pidió la palabra. Un susurro que bastó para pacificar el partido. Bajó la presión del United, pero careció de verticalidad el Arsenal. Fue la misma tendencia con la que se inició el segundo tiempo sin que ninguno de los puntas de Wenger demostrara acierto.

El último cuarto de hora supuso otra secuela del inicio arrebatador de los locales. Sin tanta claridad, aún tuvo alguna buena ocasión para noquear la eliminatoria. Esta vez el larguero frustró un gran disparo con el empeine de Cristiano. El Arsenal careció de ideas para generar oportunidad alguna.

Manchester: Van der Sar; O’Shea, Ferdinand (Evans, m. 87), Vidic, Evra; Fletcher, Carrick, Anderson (Giggs, m. 65); Cristiano Ronaldo, Tévez (Berbatov, m. 65) y Roonie.

Arsenal: Almunia; Sagna, Touré, Silvestre, Gibbs; Diaby, Song, Cesc; Walcott (Bentder, m. 70), Nasri y Adebayor (Eduardo, m. 82).

Gol: 1-0. M. 17. O Shea marca en el segundo palo a la salida de un saque de esquina.

Árbitro: Bo Larsen (DIN).

Old Trafford: 74.000 espectadores.