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El arranque le basta al Real Madrid

Los blancos ganan al Barcelona la Supercopa tras una prodigiosa primera parte. Los blancos casi pagan la racanería de Mourinho en la segunda mitad, que dominó el Barça con uno menos. Higuain y Ronaldo marcaron para los de Mourinho

EDUARDO ORTEGA

Mourinho estuvo a punto de estropear una primera parte casi perfecta. La racanería del portugués estuvo cerca de tirar por la borda la Supercopa y todo el trabajo de sus jugadores que arrollaron al Barça en la primera mitad, lo que a la postre les bastó para ganar el título (2-1).

Envalentonados por las feroces críticas del luso, los jugadores del Real Madrid fueron un tifón en el primer acto y arrasaron a su paso por el santuario blanco al Barcelona. Los azulgranas se vieron sobrepasados durante toda la primera mitad en la vuelta de la Supercopa, que encumbró a los blancos como vencedores del título, tras hacer bueno el 3-2 de la ida en el Camp Nou.

Los merengues hicieron una primera parte casi perfecta. Jugaron de tú a tú al Barcelona, lo acosaron y ahogaron su juego. La mejor versión del Real Madrid cortocircuitó al Barcelona en todas las líneas. Mourinho se dejó de trivotes e inventos aunque le dio un nuevo ataque defensivo en la segunda parte que casi le cuesta un disgusto y el título.

En el primer acto, los blancos fueron un auténtico vendaval. Di María por una banda y, sobre todo, Marcelo por la otra eran auténticos puñales para los laterales blaugranas, demasiado débiles en un partido que exige tanto como hoy. La baja a ultimísima hora de Alves obligó a Tito a colocar a Adriano en la banda derecha, todo un cero a la izquierda esta noche hasta su expulsión. La entrada del joven Montoya tampoco ayudó mucho a sofocar el accidentado lateral derecho del Barça.

Los blancos fueron desde el minuto uno un azote y el Barça un juguete en sus manos. Higuain perdonó el primer mano a mano a los cinco minutos, pero en el minuto 10 sí acertaría aprovechándose de un clamoroso fallo de Mascherano al intentar despejar el balón. El Pipita se plantó solo delante del cancerbero blaugrana y le fusiló a placer.

El Madrid no dio casi tregua al Barça en la primera mitad hasta que Messi transformó de manera magistral una falta

Los blancos robaron la posesión al Barcelona y los azulgranas, sin el balón, su principal arma y con Xavi casi desaparecido, fue un fantasma en la primera parte. Sin circulación, sin casi un tiro a puerta, sin robos de balón...

El segundo tanto no tardaría mucho en llegar. Otro error defensivo más, esta vez de Piqué, unido a un magistral toque con la espuela de Ronaldo, le dejaba sólo delante de Valdés para aumentar el marcador.

A partir de aquí, y con uno más desde la media hora, el Real Madrid perdonó la goleada. Valdés salvó otro tanto en otro mano a mano con Higuain y poco después salvaba un remate a bocajarro de Khedira.

Un primer tiempo en el que los de Mourinho no dieron apenas tregua al Barça y los únicos dos minutos que lo hicieron resultaron fatales. Messi transformó en el 45 de manera espléndida una falta a 25 metros que daba algo de aire a los azulgranas. 

En la segunda mitad ambos se concedieron un descanso del vertiginoso y trepidante ritmo de la primera mitad. Sobre todo se lo concedió el Real Madrid, que dejó el balón al Barcelona y se dedicó más a defender intentando dar el zarpazo definitivo a la contra que finiquitara el duelo. No fue así.

El Barça tocó y tocó hasta encontrar la portería de Casillas, que pedía más intensidad a los suyos, que pagaron en el segundo acto el esfuerzo de los primeros 45 minutos. Los de Tito, fieles a su estilo del principio al final, maduraron el gol durante buena parte de la segunda parte y encerraron, con un jugador menos, al Madrid en su campo.

Pedro tuvo la ocasión de cambiar el partido con la oportunidad más clara para los azulgranas, pero Casillas salvó el mano a mano tras un magistral control del canario. Y a quince minutos del final, Jordi Alba fallaba otra ocasión clamorosa. El Real Madrid jugaba con mucho fuego y se arriesgaba a perderlo todo por la racanería de Mourinho.

A diez minutos del final, en una de las peligrosas contras blancas, Higuain volvió a tener el gol pero tiró al palo el balón que hubiera puesto punto y final al el encuentro. Y poco después era Khedira quien se encontraba con Valdés tras derribar con aparente facilidad a la pasiva defensa culé. El cancerbero azulgrana, villano en la ida por un garrafal fallo en los últimos minutos, fue el auténtico héroe de los suyos y evitó una goleada.

En los instantes finales, Messi tuvo el empate, el título y un nuevo bofetón a Mourinho, pero su duro disparo con la zurda pasó a escasos centímetros del arco de Casillas, que respiró. Como al final respiró el Bernabéu, pese al técnico luso, con el Real Madrid de nuevo campeón de la Supercopa, cuatro años después, acabando precisamente con la hegemonía azulgrana.

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