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Asimétrica justicia exprés del Mundial

Mientras Suráfrica impone penas excesivas a los delincuentes comienzan a darse represalias expontáneas

 

CARMEN GONZÁLEZ

Themba Makhubu robó un móvil durante el Mundial y le cayeron cinco años de prisión. 'Eras consciente de las informaciones negativas de la prensa internacional sobre Suráfrica por culpa del crimen. Sabías que estabas robando a un extranjero. Si hubieras tenido antecedentes, esta corte no habría dudado en dictar una sentencia de entre diez y quince años', le espetó el magistrado en uno de los juicios exprés que se están celebrando en las 56 cortes especiales armadas para los delitos relacionados con el Mundial.

Hasta ahora el caso más grave ha sido el atraco a mano armada de dos periodistas portugueses y uno español. Los autores fueron arrestados en dos días y condenados a quince años de prisión. Por lo demás, los 2.000 magistrados, fiscales, abogados e intérpretes asignados a estos tribunales han lidiado fundamentalmente con carteristas, como el que robó tres cervezas y una manta a un turista alemán de 75 años, y pasará por ello dos años en la cárcel.

La desconfianza en los tribunales desemboca en la ley del talión

Medio centenar de casos se han resuelto hasta ahora. Multa de 600 euros o tres años de cárcel para cada uno de los cinco empleados de un hotel de cinco estrellas que desvalijaron al equipo inglés.

Tres años de prisión para un nigeriano que no pudo explicar el origen de treinta entradas que llevaba encima. Fianza de mil euros para las dos holandesas acusadas de publicidad encubierta tras aparecer en el estadio vestidas en naranja dentro de una campaña orquestada, según la FIFA, por una marca de cerveza.

'Los arrestos y sentencias están haciendo que la gente recupere la fe en la policía', ha dicho el comisario general Bheki Cele. En la calle, sin embargo, saltan las preguntas. ¿Están justificados los cuatro millones de euros invertidos en estos tribunales para delitos de tan poca monta? ¿Por qué no se ve la misma celeridad en otros crímenes muchos más graves que siguen sobresaltando todos los días a los surafricanos? ¿Continuará el despliegue policial tras el torneo?

La desconfianza en la policía y el sistema de justicia ha empezado a desembocar en Suráfrica en el recurso a la ley del talión. Los casos de linchamiento popular van en aumento y, este fin de semana, sin ir más lejos, un hombre fue lapidado por los miembros de su comunidad en la provincia de Kwazulu-Natal. Le acusaban de robar dinero y teléfonos móviles.

 

 

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