Público
Público

Los atajos de Cristiano Ronaldo

El portugués vuelve a encarrilar un partido para el Madrid con un gol en el minuto uno

LADISLAO JAVIER MOÑINO

Los regateadores puros son buscadores de atajos. Inspirados, funden la presentación, el nudo y el desenlace de los partidos en una sola acción. Y se acabó el partido. O empieza a terminarse cuando acaba de comenzar, como dictó Cristiano Ronaldo ante el Xerez y ayer en El Madrigal. Un autopase con el exterior para clavar a Ángel, una aceleración para que ventearan las greñas de Gonzalo al tiempo que le rebasaba en velocidad y un derechazo a la rinconera. Dribladores como el portugués reducen el juego a lo que son capaces de hacer con la pelota. Ellos solos, sin apoyarse en nadie. No lo necesitan. Es una ley de fútbol que permanece intacta en todos sus escalafones; desde los partidos de patio de colegio hasta los enrevesados y sofisticados planteamientos tácticos del profesionalismo. No hay pizarra que atrape o resista el regate.

Cristiano Ronaldo pasó por encima de la lesión en el calentamiento de Garay, de la reubicación de Lass como lateral derecho y Ramos de central, de la entrada de Gago o de la suplencia de Senna. El regateador encelado no atiende a lo que sucede a su alrededor. No existen más que él, la pelota, los defensas que le salgan al paso y los metros que le quedan por recorrer hasta llegar a la portería contraria. Su ascendencia sobre los partidos se convierte en monopolio si, además, el choque se reduce al duelo extremo contra lateral. Otro vieja pelea del fútbol de toda la vida. Cristiano Ronaldo reventó a Ángel. Tanto que éste acabó buscando la expulsión, desesperado ya de tanto padecer y sufrir en cada envite de trilero del portugués; cometió el penalti que propició el primer gol oficial de Kaká vestido de blanco. De esa batalla salió una ocasión que Higuaín desperdició por encima del larguero de Diego López y una sensación constante de peligro.

 

A falta de terminar de hacerse, esos atajos de Cristiano Ronaldo permiten al Madrid vivir cómodo. Esta vez no se echó a dormir como ante el Xerez. Quiso manejar la pelota, aunque no siempre pudo arrebatársela al Villarreal. Lo peor es que cuando Gonzalo fue expulsado no domó el choque. Y eso que no generó demasiado fútbol el equipo de Valverde. Ni Cani, ni Cazorla pesaron en el partido. Le faltó pausa al Villarreal para buscar conexiones con Rossi y Nilmar. No estaba Ibagaza y el único que podía abrir esa vía por el medio estaba en el banquillo: Pires.

En el corazón del juego del Madrid, Guti tuvo presencia y superó en esa faceta a Granero, invisible, y a Gago. Está confundido el mediocentro argentino. Ha pasado de ser un futbolista dotado para aclarar la salida del balón a convertirse en un obseso de la recuperación. El mejor Gago es el que habilito con un simple toque a Cristiano para que montara una contra. El peor, el que fue destemplado a buscar balones imposibles. El chico tuvo ayer que resolver la papeleta de ejercer de Lass. Cumplió mejor que ante el Xerez, pero si no piensa el juego como antes sus días en el Madrid están contados. Fue fichado para jugar, no para destruir.

Villarreal (0): Diego López; Ángel, Godín, Gonzalo, Capdevila; Eguren, Bruno; Cazorla (Jonathan Pereira, m. 75), Cani (Marcano, m. 759); Rossi (Pires, m. 54) y Llorente.

Real Madrid (2): Casillas; Lass, Ramos, Albiol, Marcelo; Gago, Guti (Diarra, m. 81); Granero, Kaká (Van der Vaart, m. 75); Cristiano Ronaldo e Higuaín (Raúl, m. 54).

Goles: 0-1. M. 2. Cristiano Ronaldo sortea a dos contrarios a la carrera y supera a Diego López con un derechazo raso. 0-2. Kaká, de penalti, tras manos de Ángel a centro de Marcelo.

Árbito: Mejutó. Expulsó a Gonzalo (m. 31) por doble amonestación. Amonestó a Guti, Gago, Ángel.

El Madrigal: 29.000 espectadores.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?