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El atletismo español finaliza los Juegos con la alegría de dos medallas y mostrando a jóvenes talentos

El vallista Orlando Ortega y la saltadora Ruth Beitia cumplieron. Solo Miguel Ángel López falló. Beatriz Pascual y David Bustos fueron diploma. Bruno Hortelano y Sergio Fernández, nombres a tener en cuenta en el futuro. 

La atleta Ruth Beitia besa su medalla de oro en salto de altura en Río 2016. /REUTERS

EUROPA PRESS

MADRID.- El atletismo español se reivindicó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y puso fin a doce años de sequía de metales sumando dos, los de Ruth Beitia en salto de altura y el vallista Orlando Ortega, y mostrando a sus nuevos jóvenes valores para Tokyo 2020 donde tendrá un nuevo examen.

La delegación española acudía a la ciudad brasileña con buenas bazas para poner fin a dos citas olímpicas, Pekín y Londres, en la que no había sacado nada valioso y con dudas sobre su estado de salud, pero se reivindicó con dos medallas y la puesta en baza de atletas con futuro como Bruno Hortelano y Sergio Fernández.

Miguel Ángel López, el nacionalizado Orlando Ortega y la veterana Ruth Beitia eran las opciones serias para subir al podio del estadio Joao Havelange, y sólo falló el primero, que pese a su condición de campeón de Europa y del mundo de 20 kilómetros marcha, no pudo ni siquiera arañar un diploma tras haber sido quinto en Londres. El marchador murciano fue undécimo en los 20 kilómetros y no pudo acabar en los 50, en la segunda vez que los disputaba en su carrera deportiva.

En cambio, ni Ortega ni Beitia dejaron escapar la oportunidad. El de Artemisa, de 25 años y sexto en Londres participando bajo la bandera de Cuba, su país de origen, se colgó una medalla de plata en los 110 metros vallas, que le llevó a un mar de lágrimas.

Beitia, de 37 años, tenía su última bala en Río. Se dio una oportunidad tras la decepción del cuarto puesto en Londres y no la desaprovechó proclamándose campeona olímpica en el salto de altura, siendo la primera atleta española en lograrlo y la tercera en total de la historia del atletismo nacional.

Además, del hispano-cubano y de la santanderina, España aportó otros dos finalistas en las figuras de la marchadora Beatriz Pascual, que sumó su tercer diploma olímpico consecutivo en los 20 kilómetros, y el medionfondista David Bustos, séptimo en unos 1.500 metros donde fue repescado tras las semifinales.

Bruno Hortelano y Sergio Fernández, apuestas de futuro

Sin embargo, pese a no ser finalistas, dos de los nuevos jóvenes valores del atletismo confirmaron ser una apuesta para dar que hablar en el futuro. Tanto Bruno Hortelano como Sergio Fernández habían brillado un mes antes en los Europeos de Amsterdam y a punto estuvieron de estar en las finales de 200 y 400 metros vallas, batiendo los récords de España.

El velocista se quedó en las semifinales de los 200 metros, pero en las series brilló con un crono de 20.12, batiendo su propia plusmarca nacional (20.18). El campeón continental soñaba con estar con Usain Bolt en la gran final, pero en las semifinales no pudo correr más rápido (20.16) y se quedó a siete centésimas de pasar por tiempos.

Por su parte, Sergio Fernández estuvo aún más cerca en los 400 metros vallas. El actual subcampeón de Europa superó bien las series y en las semifinales rozó la soñada gran final, quedándose a dos centésimas de hacerlo de forma directa en su serie.

Sin embargo, sus espectaculares 48.87 permitieron al vallista navarro pusieron fin al récord de España más antiguo del atletismo español, los 49.00 segundos de José Alonso Valero que estaban en la tabla de registros desde agosto de 1987.

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