Este artículo se publicó hace 13 años.
El Barça, entre la bacteria y el virus
Los azulgrana aspiran a mantener el liderato tras el parón FIFA
Contagiado el ambiente por el denominado virus FIFA; empeñado el mundo en ahondar en las cuitas de Leo Messi por sus reiteradas dificultades con Argentina, mientras los asuntos judiciales están monopolizando la actualidad del Barcelona sin solución de continuidad, nada mejor que el balón vuelva a rodar esta tarde en el Camp Nou para que Barça y Racing recuperen el fútbol, el producto que siempre vende Pep Guardiola. Tampoco fue una excepción ayer, aunque hacerlo le costara al técnico azulgrana todo un mundo.
Los asuntos extradeportivos eran tantos y tan diversos que Guardiola apenas pudo advertir sobre el equipo que amenazará el coliderato de los azulgrana: "Héctor Cúper es un maestro de los trabajos defensivos y siempre nos ha costado mucho ganar a sus equipos. Tendremos que tener la frescura y la brillantez necesarias para atacar a este tipo de equipos y controlar las contras". "Munitis siempre nos crea problemas y tendremos que vigilar a sus puntas, que son muy rápidos", añadió el de Santpedor, después de que el técnico del Racing admitiera que su equipo no le discutirá el balón al Barça.
Pero Guardiola sabe mejor que nadie de las dificultades de sus jugadores para recuperar el ritmo tras las paradas por selecciones: sólo seis triunfos en 19 partidos. Y también tiene algunas explicaciones para ello: "El Racing lleva 15 días pensando en el Bar-ça, mientras yo estaba aquí con cuatro jugadores y el resto estaba jugando otros partidos". Eso, que para Cúper es una simple "bacteria" y no un virus, obliga a Guardiola a preparar el encuentro ahondando en "los matices". Uno de ellos es Messi, afectado por el jet lag, pero con las mismas ganas de jugar que cuando se fue. "Argentina juega una competición tremendamente dura y es normal que puedan perder. Él jugó a muy buen nivel y ahora tiene que recuperarse del cambio horario", apuntó el técnico, quien, ante el Racing, recupera a Iniesta.
Lejos de desentrañar más cuestiones deportivas, Guardiola tuvo que afirmar que no se siente un "pacificador" pese a haber intercedido por Joan Laporta y sus exdirectivos. "Opiné sobre lo que me parecía injusto con ocho directivos y sus familias, y lo mantengo. Lo de Uzbekistán es otro caso", aclaró. "Laporta se explicó ante un juez y luego se someterá al juicio de la afición como también lo hago yo", añadió, tras asegurar que no se siente decepcionado por el expresidente.
El técnico también aclaró que no está molesto con Vicente del Bosque por sus convocatorias; que Tito Vilanova "ya olvidó" el incidente con Mourinho; y que la marcha de Bojan es un "viaje de ida y vuelta". "Si cuando regrese en dos años, aún estoy aquí, intentaré convencerlo", zanjó Guardiola.
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