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El Barça saca oro de su pobre paso por el Pizjuán

El gol de Henry fue suficiente para que los de Rijkaard firmaran un empate (1-1) ante un Sevilla que mereció más

AGENCIAS

Un deslucido Barcelona arrancó hoy un valioso empate a uno en el campo del Sevilla, que le pone en ventaja, por el valor doble de los goles en terreno ajeno y que le permitirá encarar la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey con cierta tranquilidad en el Camp Nou el próximo martes, ante un conjunto sevillista que mereció un mejor resultado.

Pese a la marcha a la Copa de Africa de Keita, Koné y Kanouté, el Sevilla puso en liza un once prácticamente de gala, con Chevantón como acompañantes en punta del 'pichichi' Luis Fabiano aunque, curiosamente, un jugador tan rápido y desequilibrante como Navas se quedaba en la caseta.

Enfrente, los culés confiaban el gol a Henry y a un Eto'o a quien Camerún había permitido retrasar su incorporación a la propia Copa de Africa. Y el partido comenzó con los locales mandando en la posesión y tapando bien huecos atrás, aunque fue Giovanni el primero en tirar a puerta, con un chut que casi tocó madera. Unos y otros se tenían demasiado respeto como para permitirse alegrías en el juego, con lo que los primeos compases no dejaron de ser un mero tanteo.

 

Crespo enmendó su error en el gol culé 

Sin embargo, al Barcelona no le hizo falta mucho más para ponerse por delante, porque en el minuto 23 una pérdida de balón de Crespo en ataque propició un pase medido de Márquez y Henry, con los centrales hispalenses fuera de lugar, puso a placer el 0-1 en el luminoso. El Sevilla no se descompuso y, a renglón seguido, Luis Fabiano pidió incluso penalti tras caer en el área visitante.

Pero lo cierto es que la apuesta del técnico sevillista, Manolo Jiménez, con un Chevantón incapaz de ayudar en el ataque a Luis Fabiano, y un centro del campo reforzado por el inoperante Maresca, no estaba dando resultado alguno.

Por contra, al Barça, demasiado estático y sin hacer tampoco demasiados méritos, se le había puesto el partido justo como quería, a la espera sólo de matarlo en una contra en la que aparecería el hasta entonces desaparecido Eto'o.

Unicamente el joven Capel inquietaba a los de Rijkaard y de sus botas salió un pase en el minuto 40, que Chevantón no acertó a clavar en la red cuando lo tenía todo a favor. Pero un córner botado por el uruguayo sirvió para que Capel, con un zurdazo, tuviera premio a sus esfuerzos y lograra el 1-1, al filo del descano.

La primera parte había sido equilibrada y falta de brillo pero la segunda arrancó mejor, con un centro de Alves que Chevantón envió en esta ocasión al larguero de Valdés, en una acción premonitoria del dominio que iba a mostrar desde entonces el Sevilla. Jiménez movió banquillo con buena lógica, porque retiró a Maresca y al también desganado Adriano, en favor de Renato y, sobre todo, de Navas, en busca de la necesaria verticalidad en el juego.

El Barcelona, con cualquier posible hueco bien tapado ahora por la zaga nervionense, se dedicaba a sestear mientras alguno de sus jugadores, y sobre todo Eto'o, simplemente no estaban desde el pitido inicial. Con el paso de los minutos empezaba a olerse el 2-1 aunque, sorpredentemente, un 'misil' de Edmilson se estrelló en el poste en el minuto 69, avisando al Sevilla de que los blaugranas podían asustar incluso sin jugar a nada.

Así las cosas, con Luis Fabiano 'fabricándose' una oportunidad de delantero nato, se encaró el tramo final del choque. Kerzhakov, entrado poco antes en el sitio de Chevantón, estuvo a punto, de marcar después de un nuevo centro del ubicuo Alves pero el Barcelona dormía ya el esférico en los pies de sus jugadores que, a la postre, lograron mantener la igualada en el marcador.

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