Berlusconi no se ríe con 'Matrix'

"Fue una broma de derbi, nada más. No hubo ningún intento polémico, ninguna voluntad de ofender, ninguna implicación política, y seguro que él se rió". Fiel a su estilo, Materazzi primero actúa y luego responde. Convaleciente de una lesión, el central del Inter no pudo disputar el domingo el derbi liguero ante el Milan. Sin embargo, le faltó tiempo para, finalizado el choque, saltar al césped a celebrar el triunfo de sus compañeros (2-0) disfrazado con una careta de goma imitando el rostro de Silvio Berlusconi, dueño del Milan y presidente del Gobierno italiano.

Ridiculizar públicamente a un personaje tan controvertido y poderoso como Il Cavalieri no es baladí en Italia. Las abundantes imágenes del sonriente Berlusconi de pega abrazado a Pandev, Muntari o Milito y celebrando la victoria con la afición neroazzurra han levantado una polvareda considerable.

El gesto del defensa ha sido remitido al juez deportivo para que lo estudie

El gesto de Materazzi fue criticado ayer por Ignazio La Russa, ministro de Defensa, y según varios medios de comunicación transalpinos ha sido remitido al juez deportivo Giampaolo Tosel para que estudie posibles sanciones.

"Materazzi es un amigo, pero, según mi opinión, la suya ha sido una falta de estilo enorme. Nadie lo habría hecho con la cara de cualquier otro presidente. Hay presidentes mucho más entrometidos, mientras que Berlusconi es un señor del deporte", declaró La Russa al canal de televisión del Parlamento. "Creo que Matrix apodo con el que se conoce a Materazzi lo ha hecho porque es un bromista. Pero si hiciera una llamada para pedir excusas al presidente, sería un bonito gesto", añadió el ministro.

El defensa interista (36 años), mundialmente famoso por el cabezazo en el pecho que le propinó Zidane en la final del Mundial 2006 de Alemania, no rehúye ninguna batalla. El título de su biografía, Una vida de guerrero, es categórico, pero quienes lo conocen bien lo describen como afable y sin dobleces.

Materazzi admira la forma de vida "sincera" de la raza gitana

Una de las anécdotas más representativas del citado libro sobre su vida relata su reacción cuando, paseando por una céntrica calle de Milán, un niño asomado a una ventana lo insultó. "¡Materazzi, pedazo de mierda!", le gritó. "Para desgracia suya, una persona entraba en el portal, así que me colé y subía a la casa -recuerda el central-. Al principio, no quería abrirme la puerta. Cuando lo hizo, la madre mató al niño con la mirada y este mandó después una carta a La Gazzetta dello Sport en la que reconocía que se había equivocado. La mía no fue una reacción del tipo ahora voy a tirarlo por el balcón, sino ahora dímelo a la cara. Me gustó mucho la reacción del niño y me mató la cara de la madre".

Aunque Materazzi quiso desligar ayer su gesto de cualquier intencionalidad política, el defensa muestra en su atobiografía una debilidad por la "sincera" forma de vida de la etnia gitana, una raza que llevan en los genes tres de los futbolistas que él define como sus ídolos: Mihajlovic, Stankovic e Ibrahimovic.

La política de derechas que practica Berlusconi ha chocado frontalmente en más de una ocasión con los derechos de los inmigrantes y otras minorías, así que, aunque sea de forma inconsciente, las fotos del presidente italiano de mentira abrazado a futbolistas de distintas razas y países han provocado morbo y ruido. A Berlusconi no le hace gracia Matrix.