'Ustedes dedíquense a jugar. Sólo piensen en fútbol. Nada más'. La orden del nuevo presidente, Vicente Boluda, retumbó ayer en el vestuario de Valdebebas. Los jugadores, atónitos, vieron cómo en apenas media hora se despedía Ramón Calderón, que les agradeció su compromiso ('me voy por vuestro bien', les dijo), y se presentaba su sucesor, Vicente Boluda, para demandarles unión.

El nuevo presidente pretende dar una imagen de solidez. Pero ya empieza a trasladar mensajes atacados de vanidad presidencial. 'Me dedico a salvar buques, por lo que también puedo salvar al Madrid', dijo ayer en Las Provincias. Calderón no le quitó protagonismo: dio un abrazo a cada jugador y se marchó rápidamente. En cuanto Boluda terminó su presentación, Juande apareció: 'Señores, mañana tenemos un partido de fútbol'.

Fútbol es precisamente lo que ha desaparecido del debate madridista. La gran depresión blanca ha dejado sin sitio la lesión de Guti (estará un mes fuera) que facilita a Juande la gestión del centro del campo. Guti se iba a quedar en el banquillo igualmente: el peso de Lass crece cada minuto. Será el elegido para jugar la Liga de Campeones.

Tampoco ha tenido sitio el regreso al Bernabéu de Camacho, que dobla en dimisiones del Madrid a Calderón. 'Ahora no me preocupa lo que pase en el Madrid; en la cabeza sólo tengo el partido'. Su equipo, Osasuna, llega en un momento delicado y preocupado por el estado de forma de Robben y la seguridad defensiva ganada por el Madrid desde la llegada de Juande.

'Lo único que va a calmar la situación', dice Juande, 'son los resultados. Debemos dar a la afición una victoria para que todo se normalice'. El Bernabéu tiene hoy la última palabra. Se preparaba para silbar al presidente pero ya no está. ¿Le bastará para serenerase?