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Broche de bronce para la generación de oro

España bate a Australia en un final de infarto (88-89) con una actuación estelar de Pau Gasol (31 puntos, 11 rebotes) que pone el más que probable colofón a la mejor era del baloncesto español

Pau Gasol celebra con sus compañeros la victoria de España ante Australia y el bronce. REUTERS/Shannon Stapleton

La mejor generación de la historia del baloncesto español no debía irse esta tarde sin una medalla. No merecía la puerta de atrás. No merecía un broche sin presea, aunque tampoco lo mereció Australia (88-89). Hubiera sido un triste -y muy probable- final para una era dorada, seguramente irrepetible, que arrancó hace más de una década y que siempre ha girado en torno a Pau Gasol. Siempre él, el héroe una y otra vez, con o sin lesión. En cuerpo o en alma, como en la final del Mundial de 2006. Hoy estuvo muy en cuerpo, imprescindibles sus 31 puntos y 11 rebotes para agarrar un bronce que, por épico, hace olvidar la casi victoria ante EEUU.

La medalla siempre estuvo colgando del aro. La ÑBA se empeñó durante más de medio partido en que cada español precisara un desfibrilador a su vera. Nunca supo cerrar un partido que tuvo en la mano y dio demasiadas alas a los aussies, hasta que volaron tan alto que sólo un coloso como Gasol les pudo detener.

Entre el ala pívot de los Spurs y Mirotic descosieron desde el principio a los de Andrej Lemanis para irse en el marcador con una fácil ventaja. Pau hacía un roto en la zona a los boomers mientras el jugador de los Bulls machacaba desde el triple. La ventaja se volvió tan amplia (28-40, minuto 17) y pareció tan simple, que España bajó el pistón, se fue del choque y dejó entrar a los australianos. De ello se encargaron Mills, un martillo pilón sin descanso con 30 puntos, y Andersen, que vive una segunda juventud y acabó con 15 puntos y 5 rebotes.

Los aussies sumaron, además, una dureza de la que ya hicieron gala en anteriores partidos y que ni los árbitros pararon ni los de Scariolo igualaron en prácticamente todo el choque. Se valieron con ello y con una nulidad total de España durante varios minutos en defensa y en ataque, incluso con la eliminación de Bogut por faltas. La ÑBA no encontró esta vez a Willy -perdido en la zona-, ni tampoco a Ricky -de nuevo muy desacertado en los tiros y excesivo en las faltas-, ni en Navarro o en Llull. La segunda línea no apareció para salvar a una España en shock.

Pero cada vez que parecía que el choque se nos escapaba del alambre apareció el de casi siempre. Un Pau estelar en toda la cancha, líder, para remontar de nuevo el encuentro y llegar al último cuarto tres puntos arriba (64-67). Pareció entonces que ese nuevo paso adelante de la nueva estrella de San Antonio había espabilado a sus compañeros. Abrió el acto definitivo Sergio Rodríguez con un triple que habría una brecha de seis, que en un choque tan igualado se podía antojar definitiva.

Recibió, sin embargo, la ÑBA un parcial de 11-3 que la descolocó, reflejado en un mate de Botum ante Felipe Reyes y Pau Gasol. Volvieron los australianos a igualar las fuerzas para un último cuarto eléctrico. De transiciones muy rápidas y lanzamientos demasiado forzados. El choque, de puro nervio, estaba para manos sosegadas y cabeza fría. Emergió ahí Pau y le secundó el Chacho, que recibió a cinco segundos del final una dudosa falta. Convirtió los dos tiros libres que pusieron a España uno arriba. Quedaba un suspiro, que en baloncesto es un mundo. Sacó de banda Australia para ganar. Buscaron a Andersen, un seguro de vida. Pero en vez de ello se toparon con las manos voraces de Ricky y Claver, dos hombres que apenas brillaron en Río pero que se ganaron con esas puntas de los dedos cada milímetro de la medalla de bronce. La pelota salió disparada campo atrás y España atrapó el bronce. Y Navarro lloró. Y Pau mantuvo, como siempre, la calma: "Estoy muy orgulloso del equipo, del espíritu de este gran grupo de amigos y de haber conseguido otra medalla olímpica, que es un gran logro". El logro es el colofón a quince años con dos platas y un bronce olímpicos; un oro mundial, tres oros, dos platas y un bronce europeos. Y, sobre todo, a muchas alegrías.

Ficha técnica:

88 - Australia (17+21+26+24): Mills (30), Dellavedova (6), Ingles (4), Bogut (2) y Baynes (6) -cinco inicial- Andersen (15) Martin (0), Broekhoff (13), Lisch (0) y Motum (12).

89 - España (23+17+27+22): Ricky Rubio (3), Llull (2) Rudy Fernández (10), Mirotic (14) y Gasol (31) -cinco inicial-, Navarro (3), Hernangómez (2), Felipe Reyes (7), Sergio Rodríguez (11) y Claver (6).

Árbitros: Belosevic (SRB), Anderson (USA) y Vázquez (PUR). Eliminaron, por cinco faltas personales, al australiano Bogut

Incidencias: Partido por el tercer y cuarto puesto del torneo olímpico disputado en el Carioca Arena 1 de Río de Janeiro.

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