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Callejón maquilla un bodrio

Un solitario gol a la salida de un córner le sirve al Espanyol para sumar su segunda victoria en Cornellà-El Prat

IVÁN JIMÉNEZ

Si este sábado alguien buscaba diversión, mejor que no se hubiera pasado por Cornellà-El Prat. Espanyol y Almería ofrecieron posiblemente uno de los peores partidos de los que llevamos de Liga. El único apunte positivo de un choque marcado por la lentitud y la falta de profundidad fue un solitario gol de Callejón, que sirvió para que los blanquiazules sumaran su seis de seis en casa esta temporada. Los de Lillo aún no conocen la victoria y sólo suman dos puntos.

Hasta el minuto 37 de la primera parte no llegó el primer disparo. Lo hizo el Espanyol, mediante Iván Alonso. Sólo es un dato, pero que deja en evidencia todo el bagaje ofensivo y creativo de dos equipos aferrados al aburrimiento. Eso sí, los amantes del juego duro disfrutaron. O eso, o que ayer Teixeira comenzó el choque con mano muy suelta. Suerte que luego se calmó.

Kameni evitó el 0-1 a disparo de Bernardello justo antes del descanso

Si tuviéramos que decantarnos por algún equipo en el inicio de partido, ese sería el Almería. Simplemente porque a Lillo ya le iba bien comenzar así sobre el césped. Practicando un juego espeso en ataque, lento y sin apenas profundidad era lo que mejor le iba al conjunto andaluz para aburrir a unos blanquiazules que añoraban a su máximo constructor, Verdú, partiendo desde el banquillo. Inentendible apuesta de Pochettino, que sólo logró obcecar a sus puntas, solitarios y anhelados de ese compañero que una líneas y ofrezca balones. En su posición jugó Sergio García, que debutaba oficialmente en Cornellà-El Prat, pero ya se sabe que el catalán entiende de gol y no de creación.

Este Espanyol, sin alguien que lleve la batuta, crea muy poquito. Su juego es de ida y vuelta, con más voluntad que efectividad. Y más aún si en frente hay un equipo que tiene a Crusat en sus filas. Porque el almeriense es rápido, le encanta romper partidos y espera, cual cazador a su presa, el mínimo despiste rival para dejarle en absoluta evidencia. La suerte de los de Pochettino es que el rojiblanco no acabase de asociarse bien con los de arriba. Justo antes de ir a vestuarios, Kameni realizó la parada de la jornada tras un disparo de Bernardello. ¡Impresionante cómo voló el camerunés!

Y tras la reanudación, el guión del partido dio un giro absoluto. Lo que hace un gol. Apenas iniciarse la segunda parte Callejón, absolutamente desapercibido durante todo el primer tiempo, empalmó un balón a la salida de un córner para adelantar al Espanyol. Además, entró Verdú. Lo hizo en detrimento de Alonso, que se marchó por lesión justo cuando sus compañeros celebraban el gol del de Motril. Inmediatamente Sergio García ocupó la posición del uruguayo y a punto estuvo de aumentar la diferencia en el electrónico en la primera pelota que controló arriba.

El Almería, que sigue sin ganar, aspiró a un empate que no llegó

Lillo fue el que quedó más noqueado tras el gol. Su arenga en los vestuarios ya servía de muy poco y el tiempo comenzaba a correr en contra del conjunto andaluz. La primera decisión que tomó el técnico fue más vistosa que efectiva: intercambio de posiciones entre Crusat y Piatti. El Almería seguía con los mismos derroteros del inicio de partido. La parsimonia en el juego parecía perenne en su propio sistema y le acabó pasando factura. El Espanyol no tenía ninguna prisa. Sólo le bastaba seguir con su contundencia habitual para avisar de quién era el que mandaba en el marcador.

Pasado el ecuador de la segunda mitad llegó el recital de cambios, aunque apenas cambió el partido. Vargas nunca lograba conectar el último pase, el más deseado, y el Almería sólo quedaba pendiente de algún robo de balón en tareas de presión. Pudo así llevarse el gato al agua en forma de empate. Pero nada más lejos de la realidad. Cornellà-El Prat sigue siendo un fortín.

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