Público
Público

"¡Campeones, campeones, oé, oé, oé!"

Tras dos temporadas sin nada que celebrar, la afición del Barcelona se echa a la calle para celebrar la histórica goleada al Madrid

RUT VILAR

Tras dos temporadas sin nada que celebrar, la afición azulgrana, eufórica, tomó anoche la Rambla de Canaletes, en Barcelona, y los puntos más significativos de cada población, en el resto de Catalunya.

Fue silbar Undiano y empezar a sonar cohetes y bocinas, a ondear bufandas y camisetas. En un momento, la multitud sepultaba la emblemática fuente y la caravana culé llenaba de coches la autovía C-31 que enlaza la Ciudad Condal con el aeropuerto para recibir con honores al equipo.

Todo ello, tras una noche de 'ohs', 'uis', aplausos y algún que otro corte de mangas. La hinchada azulgrana acabó con las manos doloridas de tanta ovación.

Encontrar ayer un hueco en algún bar o local de Barcelona donde ver el clásico del Bernabéu resultaba casi una hazaña. 'Estamos llenos'. Un imposible para los rezagados poco previsores. Público vivió el partido en un clásico: el Bar Roure del popular barrio de Gracia.

La alineación despertó las primeras caras de satisfacción entre la hinchada. '¡Qué narices tiene Guardiola!'. Un tempranero chut de Xavi, los primeros aplausos. El primer abucheo se lo llevó Robben, que alzaba los brazos para incitar al Bernabéu.

El gol de Higuaín provocó lamentos irreproducibles y un 'no pasa nada' tranquilizador. Luego, llegaron lo abrazos, los besos, los gritos: había marcado Henry. El tanto de Puyol hizo que alguno se subiera sobre la silla. Y el tercero, de Messi, rebrotó un anhelo: 'Que meta otro y veremos al Bernabéu de nuevo en pie'. Al final, causó mayor algarabía ver a los aficionados del Madrid abandonar Chamartín cabizbajos a 15 minutos de la conclusión. '¡Oh le le, oh la la ser del Barça és el millor que hi ha!', bramaba la hinchada.

Los que oían el partido por la radio, anticipaban la resolución de las jugadas antes de que sus convecinos de mesa las vieran por televisión.

'¡Valdés, Valdés!'. ¡Cómo está Touré!'. '¿ Y Piqué?'. 'Eso es tarjeta, eso es tarjeta' , '¡Marcelo a ver si aprendes!', clamaban los culés.

'¡La manita, la manita!, ¡Queremos la manita!'. Y a 600 kilómetros, como si les hubiese oído, Messi complació sus deseos.

'¡Campeones, Campeones!', explotaron los aficionados después del sexto tanto de su equipo marcado por Piqué, uno de los suyos. '¡Pasillo, pasillo!', pedían. Una fiesta que acabó, como no, con el Cant del Barça.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?