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Croacia jugó con fuego

Un gol de penalti de Modric en el minuto 4 otorga al combinado croata una inmerecida victoria por 0-1 ante una Austria voluntariosa

ALFREDO VARONA

A los cuatro minutos Austria se sintió desheredada. Para un equipo con una producción futbolística tan baja es un delito arrancar con un gol en contra. Y encima a costa de un penalti de lo más desleal. Pero el que debe justificarse es Pogatetz, hay patadas que matan. A Croacia le resolvió la vida. Otra cosa es que le motivase. De eso hay enormes dudas a juzgar por como se tomó la tarde.

En la primera parte todavía. Entonces le faltó ánimo de lucro al pisar área. Pero en la segunda le faltó de todo. Se pegó una siesta de las que hacen época. Frente a tanta dejadez, Austria encontró varias opciones de gol por increíble que parezca. Algunas exigieron de Pletikosa, el portero. Sobre todo, cuando la pelota viajó por los aires. Lo lógico.

Con el balón en el piso, Austria es un equipo de principiantes. Tiene a Ivanschitz, el zurdo del número diez, para recordarnos tiempos mejores. Quizá también a Hamik, que sacó algún centro desde la derecha. Pero la mayoría no tira ni por fachada ni por instinto. Se juntan cinco o seis tipos próximos a los dos metros. Gente a la que uno podría imaginarse cortando leña en cualquier bosque de los Alpes. Ahí tendrían más libertad que en el césped con la pelota, seguro.

Croacia es otra cosa. Ha reunido una generación muy curiosa. Futbolistas de criterio en medio campo como Modric o Niko Kovac. Olic o Petric, dos tipos que se dejan la vida arriba. Srna, un futbolista kilométrico por la derecha. Pero si baja la motivación no hay futbolista. Desde luego, ayer jugaron con fuego y no se quemaron porque Austria es mala, muy mala.

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