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Del póker a la ruleta rusa

Kubica mueve los dedos de la mano derecha pero tendrá que ser operado de nuevo

A. L. MENÉNDEZ / AGENCIAS

'En la F1, cada vuelta es prácticamente igual a la anterior. En el rally, cada curva, cada colina, puede ser diferente. ¡Eso lo hace más interesante!', confesaba entusiasmado Kimi Raikkonen hace un año. El finlandés, campeón del mundo de F1 en 2007, afrontaba entusiasmado el Mundial de rallies de 2010. Finalizó décimo y dejó para la videoteca peliagudos accidentes en Bulgaria, México y Catalunya. Por fortuna, sin consecuencias. Kubica no tuvo tanta suerte el domingo. Habituados a ir al límite en circuitos muy seguros, los pilotos de F1 corren riesgos sin control en rallies que discurren por carreteras estrechas y cambiantes en cada tramo. Acostumbrados a jugar al póker, sienten una atracción fatal por la ruleta rusa.

Kubica pudo mover ayer los dedos de la mano derecha y pronunció sus primeras palabras después de despertar del coma inducido en el que se encontraba tras una operación de siete horas, debido al grave accidente que sufrió cuando disputaba en el norte de Italia el rally Ronde di Andora.

'Es consciente de lo que le ha pasado explicó el doctor Giorgio Barabino, uno de los médicos del hospital de Genova donde está ingresado el polaco. Era una situación de máxima gravedad por el shock hemorrágico'. El piloto de Lotus Renault perdió mucha sangre, lo que le provocó un desmayo y obligó a realizarle varias transfusiones.

Según relató ayer Jacub Gerber, copiloto de Kubica, el accidente sobrevino cuando el Skoda Fabia patinó sobre el asfalto mojado e impactó contra el guardarraíl izquierdo, que se hundió en la carrocería, atravesó el coche de delante hacia atrás y, en su puñalada fatal, rasgó la mano y el antebrazo derechos del polaco.

En plena pretemporada, la gravedad del percance sembró la alarma y la incredulidad. Renault recibió duras críticas por dar permiso a su mejor piloto para una actividad de riesgo. Eric Bouiller, jefe del equipo galo, se defiende: 'A Robert se le permite porque está en su corazón. Para él, correr en rallies es vital, es su equilibrio. Es un acuerdo mutuo, conocíamos los riesgos. No queremos un robot o un piloto corporativo'.

Kubica cobra 7,5 millones de euros al año, y una de las cláusulas que exigió cuando firmó en 2010 su contrato con Renault fue precisamente la posibilidad de dar rienda suelta a su pasión por los rallies. No todos los pilotos de F1 pueden hacerlo.

Ferrari también permitió en su momento a Raikkonen trompear ocasionalmente por carreteras secundarias. La Scuderia ya tenía decidido que el finés no seguiría con ellos, así que aprovechó su capricho para ponerle al volante de un Fiat y hacer así publicidad de la marca más comercial del grupo italiano.

Vettel dejó entrever hace un año, antes de ser campeón del mundo, su deseo de subirse a un coche de rally, pero Red Bull zanjó de raíz el asunto. Salvo permiso expreso, lo tiene prohibido.

La gravedad del percance de Kubica sacudió ayer a la parrilla de F1. A través de comunicados oficiales o vía Twitter, Alonso, Alguersuari, De la Rosa, Massa, Barrichello, Buemi, Heidfeld, Di Grassi, Glock, Hulkenberg y otros compañeros mandaron ánimos al polaco.

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