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Diez razones para luchar o no por Diego Costa

La FIFA bloquea que Del Bosque convoque al delantero brasileño para los partidos ante Bielorrusia y Georgia, pero no cierra el debate sobre la oportunidad de la llamada al rojiblanco

ALFREDO VARONA

Al menos para los próximos partidos ante Bielorrusia y Georgia, Diego Costa (Lagarto, Brasil, 1988) no jugará con España: la FIFA no ha dado la autorización. Así que la convocatoria del delantero, que era el principal misterio para la convocatoria que dará este viernes Del Bosque, se pospone un mes más. En realidad, el debate se prolonga desde el pasado mes de julio cuando Diego Costa juró la Constitución española y obtuvo la doble nacionalidad. El seleccionador brasileño Scolari, que fue el primero que pudo hacerlo, dejó pasar la primera oportunidad al no convocar a Diego Costa, quien había dicho: 'Marcaré goles con la camiseta que me pongan'.

Sin embargo, ahora que se vislumbraba su convocatoria con la selección de Del Bosque, la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol) ha presionado a la FIFA para impedirlo y ésta ha remitido al arbitraje de la Comisión del Estatuto del Jugador. Pero, en cualquier caso, ¿es tan necesario Diego Costa en la selección? ¿Qué motivos a favor o en contra tiene España para pelear por este futbolista? Público analiza las razones:

1ª) El gol. Un dato simple, indiscutible. Ahora mismo, no hay delantero que se le pueda comparar en España. Ni siquiera hay comparación entre el actual Diego Costa y el del pasado. Suma ocho goles en siete partidos. El año pasado, que ya hizo una gran temporada en el Atlético, logró 10 en 31 encuentros de Liga.

2ª) Un 9 que haga diferencias. La Copa Confederaciones pudo demostrar que España necesita algo nuevo, algo diferente. Un delantero que empiece y termine el campeonato como pasó con Villa en el Mundial de Sudáfrica 2010. Desde entonces, Del Bosque no ha encontrado un futbolista de esa categoría. Es más, si se habla ahora tanto de Diego Costa es porque se duda del nivel en la selección de Negredo, Torres, Llorente, Soldado y hasta del Villa actual.

3ª) Un voto de confianza. Si Diego Costa tuviese la forma de ser de Falcao, quizá no existiría ninguna duda. Pero Costa es un futbolista capaz de liarse a escupitajos con el contrario. En sus 130 primeros partidos en nuestra Liga, le sacaron seis rojas y 43 amarillas. Otra cosa es que eso sea motivo para anular a un hombre, que poco a poco se va corrigiendo. 'Hasta los 16 años, no jugué en ningún equipo. Siempre lo hice en la calle, donde me peleaba con todos y no podía controlarme. Insultaba a los demás, no tenía respeto por el contrario'.

4ª) Está madurando. Diego Costa cada vez se parece menos al futbolista que, en sus seis primeros años en España, pasó por siete equipos. Entonces reivindicaba que 'cualquier jugador necesita al menos dos años para adaptarse a un club y a una ciudad' y lo que pasa ahora en el Atlético le da la razón. 'Necesitaba sentir que el equipo dependiese un poco de mí'.

5ª) ¿Prescindir del mejor? Una pregunta dura, pero realista. El Mundial siempre será exigente y, a primera vista, cuesta prescindir de los mejores. Máxime en una selección como la de Del Bosque que se está haciendo mayor en algunos puestos. Y ahora mismo nadie duda que Diego Costa es el mejor.

1º) La tentación es que sí, pero... Ahora mismo, la tentación siempre sería la de convocarle. Su nivel actual lo justifica, pero eso no significa que en junio, cuando se dispute el Mundial, vaya a estar al mismo nivel. Basta recordar el año en el que jugó en el Rayo. En sus tres primeros partidos, marcó cuatro goles; en los 30 restantes, cinco. Y aunque el Diego Costa actual no se parece al del pasado, son datos que podrían valorarse.

2º) ¿Compromiso moral? En el momento que juegue un minuto con España, ya no podrá hacerlo más con Brasil. Su caso no es como fue el de Marcos Senna que llegó a la selección pasados los treinta, convencido de que en Brasil ya no tenía nada que hacer. Diego Costa va a cumplir 25 años el lunes y en verano hay un Mundial. Del Bosque sabe que se trata de un compromiso moral, pero otra cosa es que vaya a hipotecarse con nadie.

3º) El contraste con su Atlético. Sí, porque en el Atlético de Simeone, el delantero ha encontrado un equipo a su medida. Pero ¿y la selección? ¿acaso es el estilo de juego más adecuado para él? España juega en espacios cortos, el ritmo es más lento, y Diego Costa no es un futbolista que se haya caracterizado por su paciencia cuando la cosa le va mal.

4º) Y si es suplente ¿qué? Además, el hecho de que Diego Costa sea un gran titular no significa que sea un buen suplente. ¿Quién le puede garantizar la titularidad en la selección? Es más, ¿acaso la selección de Del Bosque va a renunciar al falso nueve? Con esa idea, con Cesc desarrollando ese papel, España venció y arrasó en la final de la última Eurocopa 2012.

5º) ¿Imprescindible? Su presidente en el Atlético, Enrique Cerezo, defiende que 'Diego Costa es imprescindible para cualquier equipo', pero un futbolista, que ni siquiera ha jugado con la selección, no puede ser imprescindible. Otra cosa es que se admita que Del Bosque no posea una nómina de delanteros tan solvente como la de Brasil: Fred, Neymar, Hulk...

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