Este artículo se publicó hace 14 años.
La doble fibra de Casillas
Tras ganar a Paraguay, el portero se emocionó: "La gente está viviendo situaciones difíciles y es bueno darles alegrías"
Casillas se presentó en la zona mixta de Ellis Park con la voz algo ronca. Elaboró su habitual discurso de normalidad cuando se sabe señalado por elogios que remiten a sus heroicidad. En cambio, en su mirada, había algo distinto. Sus ojos vidriosos delataban un llanto emocional en la caseta del vestuario: "Siempre te emocionas. Me emocioné después del partido porque hay mucha gente que te quiere y que te manda mensajes de apoyo, pero sobre todo me emociono por mis compañeros. Después por mí y por todos los aficionados, la gente está viviendo situaciones difíciles y es bueno darles una alegría".
La piña que se formó a su alrededor cuando el colegiado señaló el final del partido ante Paraguay le tocó la fibra hasta arrancarle las lágrimas.Desde que Del Bosque le sentó en el banqillo en la temporada 2001-02, nunca se había sentido ni tan cuestionado ni tan cercado. La convocatoria de Valdés le endureció el rictus en los primeros días de concentración en Las Rozas. La presencia de su novia, Sara Carbonero, como reportera de Telecinco, cadena que transmite el Mundial para España, y el morbo despertado en el mundo entero lo tenían agobiado. Algunos malos blocajes confirmaban que algo se removía en su interior.
Con una simple mirada, Manuel Amieiro, actual entrenador de porteros de la selección femenina, es capaz de adivinar qué siente aquel niño al que pulió en la vieja Ciudad Deportiva del Real Madrid: "Lo veía más inquieto de lo habitual. Pero es normal, se estaban creando debates que no venían a cuento. También se decían cosas que le hacían sufrir porque más que afectarle a él, afectaban a terceras personas muy cercanas. Lo de Paraguay no fue más que la confirmación de su mejor virtud: aparecer en el momento decisivo. Fue algo similar a lo de la octava Copa de Europa en Glasgow. Era suplente y salió para ganar el título. Esa fuerza psicológica es lo que le distingue del resto de porteros de nivel".
"Iker ha demostrado lo que es. Nos hemos mantenido al margen de lo que se decía de él, trabajamos día a día, intentamos ayudarle como a cualquier compañero. No es del tipo de jugador que hay que estar encima de él, tiene experiencia, sabe lo que hay y ha demostrado lo que vale", dice con admiración Valdes. "No hay jugador más grande en la historia del fútbol español que él, como persona, jugador y capitán. Se le puede criticar o decir lo que sea, pero en los momentos importantes siempre está ahí y nunca falla", comenta eufórico Cesc.
Casillas tiene un rara habilidad para ser decisivo en la agonía. Un don que genera una fe ciega en el grupo. "Yo le esperaba y ha respondido", confiesa el novato Pedrito. "Siempre está, nos ha echado una mano en un momento decisivo", asegura Iniesta. "Es una garantía. Todos necesitamos encontrarnos y Casillas ha sido fundamental una vez más", apunta Piqué".
"Estuvo increíble, tenemos mucha confianza en él, nos ha salvado muchas veces y nos seguirá salvando. Le dije cómo me había tirado un penalti Cardozo con el Benfica, aunque no sé si eso al final lía más al portero", bromea Reina. "En el penalti, su tipo de fibras musculares, explosivas y rápidas, fueron decisivas analiza Amieiro. Y en el remate de Santa Cruz hizo lo que debía, tirarse a por él para no dejarle huecos. Reaccionó muy bien ante una segunda jugada".
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