Hubo revancha, pero sin incidentes en las gradas. Egipto se desquitó ayer de la ya conocida como batalla de Jartum, aquel encuentro de desempate en Sudán que generó multitud de actos vandálicos entre ambas aficiones y que dio el pase mundialista a Argelia. La petición de los ministros de exteriores de ambos países surtió efecto. Igual que la de la Confederación Africana de Fútbol que, tras el atentado a Togo, no quería más bochorno. Y eso que hubo declaraciones altisonantes en la previa como las del egipcio Zidan: 'Cada enfrentamiento con Argelia es como una guerra'.

Fue precisamente Zidan el que sentenció el partido con un derechazo a la escuadra que significaba el 2-0. Por cómo celebró el gol se pueden explicar las ganas que tenían los egipcios. El 1-0 (m. 29), de penalti convertido por Hosny, que dejó a Argelia con diez por la expulsión de Halliche, puso el partido muy a favor de Egipto. Con 2-0, se registraron algunas entradas feas por parte de los argelinos, una de ellas le costó la expulsión a Behadj por una patada por detrás a Moawad. Abdelhashani hizo el 3-0 y Gado marcó el definitivo 4-0 en el descuento, cuando Argelia jugaba con ocho por una última expulsión del meta Chaouchi. Los faraones buscarán su tercer título consecutivo.

Las estrellas negras disputarán la final de la Copa de Africa 18 años después de la última que perdieron en los penaltis ante Costa de Marfil. El gol de Gyan (m. 21), a la salida de un córner que volvió a evidenciar el poco rigor ofensivo de los países africanos a balón parado, le valió a Ghana para derrotar a una deslabazada Nigeria. Los ghaneses, con parte de los campeones del mundo sub 20 y sin Essien, podrían lograr su quinta Copa de África. La última la ganaron en 1982.