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Empate y gracias en el purgatorio

El Valencia sufre en Mestalla, donde el Zaragoza mereció más

SALVA TORRES

Unai Emery pidió que Mestalla fuera un santuario para su equipo. Hubo, eso sí, milagro, porque milagroso fue que el Valencia no saliera goleado en la primera parte, y que luego no doblegara a un rival con diez tras la expulsión de Ander Herrera. Al final, Lanzaro, por partida doble, firmó una igualada sonrojante para los valencianistas, impotente al principio por razones anímicas y después por falta de argumentos futbolísticos. El santuario valencianista se empieza a convertir en un purgatorio. También un quirófano, donde los visitantes empiezan a llevarse los puntos.

El primer cuarto de hora del Valencia fue desde luego un monumento a la empanada. Lanzaro se aprovechó a los dos minutos y después tuvieron los maños hasta cuatro ocasiones seguidas para sentenciar. La más sintomática del sonambulismo ché se produjo a los diez: la defensa se enredó con el balón, que se pasaban unos a otros como si fuera una patata caliente, para que Lafita se plantara solo ante Moyà, que salvó a su equipo del segundo gol. Luego fueron Braulio y Jarosik quienes pusieron en evidencia a un rival anémico primero, nervioso después e impotente en todo momento. El colista, hoy de rojo, le sacaba los colores al hasta hace poco líder de la Liga.

Lanzaro fue el protagonista del partido al marcar los dos goles

Como sucedió ante el Glasgow Rangers, al Valencia se le atragantó el planteamiento defensivo del Zaragoza. Salió con cinco atrás (Lanzaro incrustado en la retaguardia) y otros cuatro jugadores en medio campo, con Braulio como único atacante. Y por si fuera poco, gol en contra a las primeras de cambio. A la falta de talante inicial se le sumó la escasa creación posterior, con Banega sin alcanzar su mejor forma y Topal achicando espacios con un cubo y una pala ante la avalancha visitante, que encontró huecos por todas partes. El Valencia fue un coladero y Emery se desesperaba.

Y como ante el Glasgow, ocurrió el milagro: Lanzaro, como ya hiciera Edu para los escoceses, marcó de nuevo, esta vez en su propia portería. Y lo que pudo ser una goleada maña, se convirtió en un empate que nadie esperaba. Doblas y Lanzaro no se entendieron y el defensa peinó hacia atrás para hacerse el hara-kiri. El ruin primer tiempo valencianista tuvo un saldo favorable: sacó de la nada un empate, como se fue a los vestuarios el Zaragoza con cara de tonto.

El equipo de Emery fue un coladero y no fue superior ni contra diez

El anestesiado Valencia despertó tras el regalo. Ya nada fue igual. El Zaragoza lamentó su mala puntería en la primera mitad, el no haber liquidado a un rival que fue una lástima. Totalmente restablecidos del susto, los valencianistas apretaron y se fueron decididamente a por el partido. Joaquín salió para impulsar por su banda el abordaje, sobre todo después de que Ander Herrera fuera expulsado. Su entrada a Mata mereció una roja discutible que allanó el tortuoso camino blanquinegro.

Pero el Valencia no anda sobrado. Desde que perdió ante el Barça no termina de recuperar el pulso: le falta clarividencia en ataque y volver a ajustar una defensa últimamente despistada. El Zaragoza, con la mosca tras la oreja de su primera mitad fallida, tampoco contemporizó con diez. El Valencia jugó a remolque del indolente comienzo y de una alarmante impericia en la creación. No pudo doblegar a un Zaragoza diezmado. Los feligreses de Mestalla clamaron al cielo.

1 - Valencia: Moyà; Miguel, Navarro, Ricardo Costa, Mathieu; Pablo (Joaquín, m. 60), Topal, Banega (Fernandes, m. 75), Vicente (Soldado, m. 67); Mata y Aduriz.

1 - Zaragoza: Doblas; Diogo, Jarosik, Contini (Edmilson, m. 69), Ponzio; Jorge López, Gabi, Lanzaro, Pinter (Ander, m. 46), Lafita (Bertolo, m. 75); y Braulio.

Goles: 0-1. M. 2. Lanzaro se queda solo en el punto de penalti tras el rechace en un saque de esquina para marcar de media vuelta con la derecha. 1-1. M. 42. Lanzaro introduce el balón en su portería al peinarlo ante la salida de Doblas.

Árbitro: Delgado. Expulsó a Ander Herrera (m. 67) por una entrada por detrás a Mata. Amonestó a Banega, Navarro, Contini, Gabi, Aduriz y Ponzio.

Mestalla: 30.000 espectadores.

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