El equipo con el que empezó todo

Un jueves cualquiera, España dejó de ser incorruptible. Entonces, de aquello hace poco más de una semana, la derrota por 22 puntos en Vilnius escondía un recorrido mucho mayor del que subyacía tras la única mancha del grupo de Scariolo en la preparación. Sin imaginárselo, España había iniciado ante Lituania un cambio de tendencia que hoy (15:45 h., La Sexta), si no media una victoria de los de Scariolo, puede empezar a desempolvar aquellos conceptos tan antagónicos para estos jugadores, como el Angolazo de los Juegos de Barcelona o el Chinazo del Mundial de Toronto-94.

Los lituanos, transmutados, deben ganar para no caer eliminados

En Vilnius, sin Pau ni Rudy en el primer bolo fuera de las fronteras de la Eñemanía, España no supo interpretar lo que el paso del tiempo ha reposado en los pensamientos de Scariolo. "Quizás hemos malinterpretado el aspecto psicológico. En la preparación, jugamos sin presión, con chispa y alegría. Cuando ha llegado el campeonato, ha sucedido todo lo contrario", aseguraba ayer el seleccionador nacional. La presión ahora se ha convertido en necesidad para España. La derrota obligaría a una matemática prácticamente imposible en la última jornada ante Polonia, el anfitrión.

El paso de los días no sólo ha corrido en contra del grupo de Scariolo. También de Lituania, un equipo que ha vivido una transmutación similar a la de España . "Sé que mirar al pasado no vale de nada, pero hemos jugado mejor en la fase de preparación que en el campeonato", se lamenta Javtokas. Sin ninguna victoria en el trasvase a la segunda fase (sólo ha vencido a Bulgaria en todo el campeonato), Lituania maneja estadísticas imprevisibles. Sus porcentajes de tiro son pírricos (un 52,8% en tiros de dos y un infame 36% en triples), su pico de anotación (84 puntos) aparece en el decimocuarto puesto de los máximos marcadores y el único liderato numérico de Lituania le señala como la selección que pierde más balones (20 por 19 de España).

La derrota obligaría a los de Scariolo a unas cuentas casi imposibles

Esta avalancha de déficits numéricos obliga al equipo lituano a ganar a España para no adelantar el sonrojo de los partidos por los puestos del 8 al 12. "Sabemos que es nuestra última oportunidad, pero también la de España. Es una situación extraña que solventará el equipo que mejor sepa manejarla", defendía ayer Butautas, que ha aislado a sus jugadores de los continuos comentarios sobre las ausencias de Jasikevicius y Kaukenas. "Si perdemos, no sé cuáles pueden ser las consecuencias", dice Butautas. Tampoco en España.