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Último esfuerzo del Real Madrid hacia el sueño de la Euroliga

PÚBLICO / AGENCIAS

El Real Madrid intentará este domingo (20.00 horas) batir al Maccabi Electra de Tel Aviv en la final de la Euroliga que se disputará en el Mediolanum de Milán y levantar un título que confirmaría definitivamente su retorno a la élite europea. Tras caer en la final de Londres del año pasado ante el Olympiacos griego, el equipo español repite final, de nuevo tras batir al eterno rival, el Barcelona, en semifinales. Con la lección aprendida del año pasado, la madurez adquirida en estos dos años y realizando el mejor y más brillante baloncesto del continental, el conjunto blanco tiene todo de cara para levantar su novena Copa de Europa de baloncesto.

El viernes, sacó el billete para la gran final de forma brillante, tras firmar un partido espectacular y destrozar al conjunto azulgrana (62-100) con un baloncesto coral, liderado por el base Sergio Rodríguez (21 puntos y 6 asistencias) y el ala-pívot Nikola Mirotic (19 puntos). El Madrid, que cuenta con Rodríguez como MVP de la temporada y, de ganar este domingo, posiblemente también el jugador más valioso de la Final Four, disipó todas las dudas sobre la supuesta pérdida de frescura en su juego durante las últimas semanas.

Dirigido por Pablo Laso, que puede levantar su primera Euroliga en dos participaciones, el conjunto blanco llega a la cita como máximo favorito y convencido, ahora sí, de que a día de hoy no existe un equipo mejor en toda Europa. Los madridistas, que suman ya sesenta victorias esta temporada, se asomarán a su decimosexta final europea, la tercera en el formato de Final Four (fueron campeones en la de Zaragoza 1995) en seis participaciones.

Tras el choque del Barcelona, la cautela fue la máxima impuesta en el vestuario madridista. Nadie quiere oir hablar del título sin pensar en su rival, el Maccabi. Pablo Laso aseguró que el viernes fue 'un día más' e indicó que 'tenemos un partido contra un gran rival que conocemos y ha demostrado lo que es capaz de hacer en un partido que se le había puesto arriba. Tiene muy bueno uno contra y mucho corazón, y si queremos ganar vamos a tener que hacer un gran partido'. Por su parte, Sergio Llull también se apuntó a que todavía no se ha ganado nada: 'Hemos jugado un buen partido y ya está, si no ganamos la final no servirá de nada, así que vamos a centrarnos en el Maccabi'.

En frente tendrá al Maccabi israelí, un conjunto que ha ido superando con dificultad fases en la competición hasta clasificarse, contra pronóstico, para esta final. El equipo de David Platt llega a la cita pletórico de moral tras levantar un partido que perdía de quince puntos a falta de un minuto para el final del tercer cuarto y que ganó en último instante (67-68) con una milagrosa canasta del base Tyrese Rice.

El israelí es un equipo tan irregular como sorprendente, con una baloncesto poco ortodoxo, sin ningún jugador de primera línea, que vive de la inspiración de jugadores como Ricky Hickman o el propio Rice en los duelos de uno contra uno, la racha de Blu desde la línea de 6,75 y la casta de hombres como Alex Tyus y Sofoklis Schortsanitis en la 'pintura'.

Con doce participaciones en Fases Finales, el conjunto israelí busca su quinto cetro europeo, después de los éxitos de Tel Aviv 2004 y Moscú 2005 y las decepciones de Praga 2006, Madrid 2008 y Barcelona 2011, donde perdió sendas finales. Blatt, que ganó la de 2004 como segundo de Pini Gershon, también ha sido finalista en 2008 en 2011, aunque en ambos casos no pudo levantar el título. Mañana tendrá una nueva oportunidad de ser campeón.

Aunque el Real Madrid es el favorito, el Maccabi contará con el factor cancha a favor, pues la marea amarilla abarrotará el Mediolanum Forum milanista. En la semifinales, cerca de 10.000 aficionados del Maccabi llevaron en volandas a su equipo hasta culminar la gesta contra el CSKA, y este domingo, los aficionados madridistas, aproximadamente un millar, serán clara minoría en las gradas.

Ambos equipo ya se han visto la cara en dos ocasiones esta temporada. Fue en el Top 16, y el equipo de Laso se impuso, con mucha dificultad, en ambas: 74-78 en el Palacio de los Deportes y 76-77 en el Nokia Arena. Como aperitivo a la final, CSKA de Moscú y Barcelona disputarán (17.00 horas) el partido por el tercer y cuarto puesto. El encuentro que nadie quiere jugar y que, en esta ocasión, resultará especialmente doloroso para ambos.

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