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España maquilla su despedida del Mundial

JORGE YUSTA

Australia fue el mejor enjuague que se podía encontrar España para despedirse del Mundial de Brasil con un buen sabor de boca después de los amargos tragos contra Holanda y Chile. La todavía campeona del mundo pone rumbo de vuelta a casa con tres puntos, logrados tras una cómoda aunque intrascendente victoria ante el combinado oceánico por 0-3. Villa, Torres y Mata firmaron los tantos de la selección, que recuperó en muchas fases del encuentro el ritmo de juego del que careció en los dos choques anteriores. La agonía ha terminado y, por lo menos, los internacionales pueden esbozar una sonrisa después de unas semanas de pena continua.

Salvo la responsabilidad que impone llevar ya una estrella cosida al pecho y la honra que supone ceder tu corona con una victoria, el trámite no apetecía. Ni por la hora, ni por las circunstancias, ni por el rival. Y eso que Australia tenía todas las ganas del mundo de cerrar también su periplo brasileño terminando de rematar el desastre español. Todo el partido tuvo un tufo a fin de ciclo. Xavi Hernández, el hombre que ha puesto rostro y botas al estilo que ha llevado a España a los seis años de mayor gloria de toda su historia, no disputó ni un minuto en Curitiba. Una pena que un jugadorazo ponga punto y final así a su andadura con España. También suponía la retirada de la Roja para Xabi Alonso y David Villa. Ambos salieron de inicio, como Pepe Reina en la portería, que debutaba en un Mundial. O hombres como Albiol y Juanfran. 

El partido comenzó con las dudas de un grupo que ha llegado a desconfiar de todo y de todos. Cuando las cosas no salen, las sospechas se generalizan, los ambientes se enturbian y los reproches se multiplican. La semana se había enturbiado en exceso, con las declaraciones de Alonso todavía coleando y el encontronazo de Cesc con Del Bosque en un entrenamiento fresco en la retina. Por eso, Australia aprovechó los primeros instantes para buscar su momento. Cuando España se adaptó al pésimo césped y se acordó de cómo jugaba a esto, el partido comenzó a tomar el color negro de la camiseta española. Con Sergio Ramos infundiendo el respeto perdido por la defensa contra Holanda y Chile y David Villa dando un ejemplo de entrega para el resto de compañeros. 

El Guaje fue un revés para Del Bosque, que se ha empeñado en este Mundial en hacer un eco a un delantero como Diego Costa que poco encaja en el juego de combinación de este grupo. Villa, sin embargo, no paró de moverse durante toda la primera parte, de caer a la banda, de acercarse a recibir, de gustarse. Era su último partido con España. Y el máximo goleador de la historia de la selección se marchó como sabe, marcando. Y de espuela. Corría el minuto 35 y Juanfran llegó hasta la línea de cal para cederle el balón. El Guaje remató en escorzo para batir a Ryan y templar todos los nervios. En 59 dianas ha dejado el listón el asturiano. 

La selección se había dedicado hasta entonces a dar pases a ninguna parte, a hacer florituras sin sentido y a dejar pasar los minutos sin la menor tensión. El gol les recordó todavía no hay selección en el mundo que les iguale en el juego al primer toque. Iniesta cogió las riendas para ofrecerse, bajar unos metros y desde ahí organizar el ataque español. Y todo empezó a carburar mucho más. Hubo tiempo antes del descanso para un susto de los oceánicos y para que Koke probara fortuna de lejos.

El segundo tiempo cambió notablemente la dinámica del partido. España se dedicó a poner más pausa al juego y a dominar el balón sin prisas. Juan Mata entró por David Villa para propiciar que todos los convocados pudieran disputar algún minuto en el Mundial. El Guaje lloraba desconsolado en el banquillo, consciente de su adiós por anticipado. Antes de que Cazorla dejara también su puesto a Cesc, un centro de Koke desde el banderín se paseó por el área pequeña australiana sin encontrar rematador.

España amplió en el marcador en el 69, obra del '9', de Fernando Torres, que tampoco podía irse de una gran cita sin marcar. El punta recibió un pase magnífico entre líneas de Iniesta y batió a Ryan de tiro cruzado. Australia, mientras, no interrumpía su empeño de hacerle un gol a la campeona. Pero Reina tuvo una tarde mucho más placida de lo que las tuvo Casillas. El final del encuentro dio para que Cesc se reivindicara con un pase picado para el desmarque de Mata, que coló el balón por debajo de las piernas del portero australianao. Era el tercero y el último, pese a la última ocasión de Silva. Así pone España el broche al torneo. Con dignidad, sin excesos ni aspavientos. Con mucho cansancio en las piernas y mucho por decidir. Para empezar, la Federación y Del Bosque meditarán el futuro del seleccionador. Brasil ya es historia para España. El recambio necesario espera y la clasificación para la Eurocopa de Francia está a la vuelta de la esquina.

0 - Australia: Ryan; Davidson, Spiranovic, Wilkinson, Mcgowan; Jedinaki, Mckay; Leckie, Bozanic (Bresciano, m.72), Oar (Holland, m.61); y Taggart (Halloran, m.46). Seleccionador: Ange Postecoglou.

3 - España: Reina; Juanfran, Raúl Albiol, Sergio Ramos, Jordi Alba; Xabi Alonso (Silva, m.83), Koke, Iniesta; Cazorla (Cesc, m.68), Villa (Mata, m.56) y Fernando Torres. Seleccionador: Vicente del Bosque.

Goles: 0-1, m.36: Villa. 0-2, m.69: Fernando Torres. 0-3, m.82: Mata.

Árbitro: Nawaf Shukralla (BAH). Amonestó a Jedinak por Australia; y a Sergio Ramos por España.

Incidencias: tercer encuentro del Grupo B, disputado en el estadio Arena de Baixada de Curitiba, lleno, con 39.631 en las gradas. Césped en mal estado.




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