Este artículo se publicó hace 16 años.
Estonia, un conjunto demasiado inocente
Los bálticos forman un equipo previsible, que deja muchos espacios al replegarse
Jugar a domicilio nunca es sencillo. El rival siente mayor necesidad de competir y los condicionantes le favorecen: desde el clima hasta el estado del césped. Por eso, las fases de clasificación siempre dejan un buen número de partidos donde la única misión es ganar porque convencer no significa nada.
España debe sacar partido de la excesiva persecución individual de los estonios
1-4-4-2 de pizarra
Estonia parte del dibujo universal: defensa de cuatro por detrás, con doble pivote defensivo por delante. Domina los conceptos, pero falla en la interpretación. Cuando el rival inicia el juego, el posicionamiento es académico, pero la descolocación llega cuando el rival hace circular la pelota con uno o dos toques.
¿Cómo defienden?Repliegue intensivo. Tratan de meter a todo el equipo por detrás de la línea de balón, esperando en campo propio. En el inicio, buscarán presionar arriba para intimidar, aunque no dejarán de ser fuegos de artificio porque solo lo harán los dos delanteros. Los demás esperarán en campo propio.
Persiguen al hombre
Para ganar con comodidad a Estonia, hay que sacar partido de la excesiva persecución individual que hace en defensa. Parten de una zona de pizarra y pierden el orden al no hacer coberturas ni permutas. Esto los hace vulnerables ante jugadores que saben hacer movimientos para el compañero. Estonia pone a prueba la solidaridad de un vestuario. Será fundamental que los jugadores de banda busquen mucha profundidad en el posicionamiento. El objetivo de Iniesta, Riera o Cazorla es provocar que el defensa esté encima y arrastrarlo a posiciones intranscendentes para crear espacios libres. Xavi o Senna deben ser los pasadores y buscar a Villa o Torres.
Basculación incorrectaEspaña es fortaleza entre líneas. No juega con un 10 claro sino flotante, que no está anclado a la posición. Y, aunque pueda parecer que el partido se ganará haciendo el campo grande, no dejará de ser una distracción. Estonia bascula mal y se rompe por el centro cuando presiona en banda. La selección deberá circular la pelota de banda a banda y esperar que los estonios presionen para tener opciones de pases al espacio.
El juego aéreo es uno de sus puntos fuertes, aunque nunca intimidan con esta virtud ¿Cómo atacan?Buscan el juego directo porque tienen problemas para sacar la pelota jugada desde atrás. Uno de los puntas prolonga al otro punta o a los interiores. El sistema cambia al 1-4-2-4 con un objetivo: prolongar, correr y ganar la espalda a la defensa. También buscan el gol a través de la recuperación. La fórmula es sencilla: cuando el punta que viene en el desmarque de apoyo recibe el balón, los interiores inician su carrera, abren la banda y centran para la entrada al área del punta y del interior del lado contrario, que llega en diagonal. Los estonios ejecutan el movimiento como si fuera uno de esos ejercicios analíticos sin oposición que hacen una y mil veces los equipos de fútbol en sus entrenamientos.
Estrategia ofensivaEstonia es un equipo de manual: un lanzador, dos jugadores en el rechace, uno con el portero y cuatro jugadores que hacen cruces a la altura del punto de penalti para rematar. Buscan el segundo palo por defecto y de la simplicidad surge toda su estrategia. No buscan cosas extrañas. El juego aéreo es uno de sus puntos fuertes, aunque no intimidan con esta virtud. En los cruces, Casillas deberá salir y blocar. La transición defensiva es lenta, lo que permite aplicar aquella máxima que reza: córner mal sacado, gol en contra.
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