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Estrellas intermitentes

Messi vs Cristiano

LADISLAO J. MOÑINO

Escogidos de nuevo para liderar individualmente este último clásico, Messi y Cristiano aparecieron por momentos. En volumen de juego se impuso Messi por lo que hizo en el primer tiempo, pero Cristiano protagonizó la jugada que pudo decidir el partido y complicarle mucho la eliminatoria al Barça. De Bleeckere le señaló una falta inexistente en una conducción que Higuaín acabó convirtiendo en gol.

La salida vertical del Madrid propició que el primero en aparecer fuera Cristiano. Estaba señalado una vez más para un duelo con el Barça por su capacidad de desequilibrio. Salió flechado. Protagonizó tres conducciones vertiginosas infructuosas, pero que dejaron en el aire un tono amenazante. Esas primeras carreras de Cristiano describieron el plan inicial del Madrid.

Messi entró poco a poco. Como el resto del Barça, esperó a que al Madrid se le pasara su febril intención de presionar arriba. Un toque por aquí, una pared por allá, un regate por acá. Pequeños detalles que le iban metiendo en el partido. Su volumen de intervenciones se fue incrementando en la medida que su equipo se iba adueñando del balón. Su primer dardo serio fue una carrera que Carvalho tuvo que detener porque enfilaba la portería de Casillas amenazante. Le sacó la amarilla al central portugués.

Cristiano salió flechado, acorde con el plan inicial de su equipo

No tuvo una posición fija Messi. Empezó por el medio y luego bandeó entre la derecha y la izquierda. Desde los costados empezó a combinar desde fuera hacia adentro. En una de ellas, tras un serpenteo de los suyos por la frontal del área probó a Casillas con una rosca mansa. Ahí empezó su momento más caliente en el primer tiempo. Se adueño del partido hasta el punto que le robó un balón a Lass e inició un contragolpe en el que Casillas tuvo que volar al remate de Villa. Su siguiente acción fue un baile de cintura en la frontal del área tras un control con el pecho que inutilizó a Albiol y tiró por los suelos a Xabi Alonso. Chutó cruzado.

Se acercó mucho al gol con un zurdazo raso que Casillas le adivinó muy bien. El crecimiento de Messi fue directamente proporcional a la pérdida de protagonismo de Cristiano. Tras esos fogonazos iniciales reapareció con un toque de hombro para hacer una dejada que fue penalizado por mano. Sembró el silencio cuando le ganó la espalda a Puyol tras un pase de Xabi Alonso. Cuando se plantó en el pico del área, optó por un pase muy intencionado a Di María al que se anticipó Valdés.

Messi brilló en el primer tiempo, pero no apareció en el segundo

El inicio del segundo tiempo fue un calco del primero. Antes, Cristiano hizo la estatua cuando el espontáneo que saltó se fue hacia él. Otra vez Cristiano salió flechado. Y pudo ser decisivo si el colegiado no le hubiera señalado esa falta cuando había superado en carrera a Piqué. Salió trastabillado y en su caída arrolló a Mascherano. Esa decisión de De Bleeckere anuló la continuación de la jugada que Higuaín llevó hasta las redes de Valdés. Tal y como había empezado, el colegiado belga de alguna manera cortó una posible explosión del portugués.

Parecía que Cristiano, con la eliminatoria ya cuesta arriba y el Camp Nou de olé en olé, se iba a ir de punto. Abroncó a los recogepelotas y porfió con Busquets para que se levantara rápido del suelo. Se calmó, aunque luego terminó protestón, desesperado por lo que creía injusto.

Messi estuvo desaparecido todo el segundo tiempo. Su equipo le echó mucho en falta. No apareció para desequilibrar. Se le vio desorientado, como a sus compañeros, ante el empuje del Madrid. Siguió libre, pero nadie le encontró. Emergió en el tramo final con un par de carreras individualistas y un remate de cabeza forzado. Jugó el último tercio Messi al trote. Sin asomar muchas intenciones de acaparar balón o de desbordar. Aceleró una vez para ir a buscar cerca del córner y se topó con Marcelo que le frenó con contundencia. Otra amarilla forzada y una más a Adebayor. No hubo más Messi.

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