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Expertos en malos finales

Viaje por las causas que llevaron a España a ceder su cetro mundial en Turquía

M. ALBA

El trabajo duro le gana al talento cuando el talento no trabaja duro. El axioma lleva una década interiorizado en la selección como brújula hacia el éxito. En base al argumento, España hiló cinco semifinales consecutivas entre Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos. ¿Qué ingredientes faltan ahora al equipo del campeón en Japón 2006?

La identidad de Pau

Su presencia asegura el último peldaño, las medallas. Es el mejor alto en un deporte de altos y negar que su ausencia no condiciona el resultado final es un ejercicio suicida. Pau Gasol siempre ha sido un constante solucionador de problemas. En Pekín, por ejemplo, se asoció con Navarropara remontar a China un partido que estaba condenado al desahucio durante la primera fase. En Polonia, durante el pasado Europeo, el resto se enganchó al paso adelante de Pau. En la final ante Serbia, fue el incitador del título. 'Con él, el partido hubiera sido diferente y podríamos haber perdido', admitía ayer el serbio Savanovic.

Sin director de juego

'España puede contra varias adversidades, pero no contra muchas', aseguró Pepu Hernández a este diario. Con Calderón, Ricky tenía muchas cosas hechas: lanzamiento exterior y gran nivel defensivo. Ricky no ha sabido gestionar su rol de ideólogo en todo un campeonato en el que Scariolo nunca se ha sentido cómodo con ninguno de sus directores de juego. La opción de liderazgo de Llull, en los últimos minutos ante Serbia, lo evidencia.

Menos rotación y menos desequilibrio que hace cuatro años

Una rotación de diez

La rotación en Japón llegaba hasta el jugador número 12 con minutos de calidad de todos ellos. En Turquía, no han existido terceras opciones. San Emeterio y, especialmente, Claver, se sabían inactivos para los partidos importantes.Todo lo contrario que Berni, Sergio Rodríguez o Cabezas en el Mundial de 2006.

Estadísticas dolorosas

En la élite, las diferencias las marcan los detalles. Hay dos cifras significativas que resumen la falta de liderazgo de Marc Gasol en el campeonato y las lagunas de intensidad de la primera fase. España promedia 36 rebotes por partido (7ª selección), los mismos que Túnez. Más sonrojantes, la tónica de las 14 pérdidas por encuentro, al mismo nivel que Angola o Costa de Marfil.

Finales infelices

Ante Serbia volvió a reeditar su incapacidad para gestionar una última solución feliz. Falló la táctica, como en los Europeos de Madrid (último tiro de Pau) y Polonia (Marc Gasol criticó la decisión del tiro de LLull), el amistoso ante Estados Unidos o frente a Lituania en Izmir.

Se despertó a Krstic

'Quiero acabar con España', dijo Krstic cuando leyó las declaraciones de Scariolo que pedían una sanción ejemplar para el serbio tras el incidente de la silla. 'Todo aquello le motivó. Desde entonces, quería enfrentarse a España', aseguraban desde el entorno de la selección serbia.

El vacío de Jiménez

El bajo perfil mediático de Carlos Jiménez contrasta con el ramillete de soluciones que aportaba al equipo, especialmente en rebote y defensa. España aún no ha encontrado ese factor equilibrante ante los nuevos aleros del entorno de 2,05 metros.

Menos desequilibrio

Sin Pau ni Calderón y con Garbajosa lejos de ser el jugador que marcaba diferencias, España sólo mantiene a Navarro como el gran elemento de desequilibrio.

Frenar a Teodosic

El alto porcentaje de Teodosic en el tiro libre (90% de aciertos) desestimó pararle con personal en la última acción. Sin embargo, además de obligarle a la pulcritud desde la personal, la falta hubiera ofertado más opciones a España en esos últimos 24 segundos.

Debilidad defensiva

Conceder 15 triples a Serbia es la mayor prueba del lamento colectivo defensivo posterior al partido.

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