Roger Federer estuvo a punto ayer de confirmar lo que de momento sólo se dice en susurros en el circuito de tenis. “¿Es este el fin de la era Federer?”.

The Sunday Times se lo preguntó antes del torneo a John McEnroe y no recibió una respuesta indignada: “No creo que se necesite un milagro (para que pierda el suizo) porque al final llega un punto en que los tenistas pierden su poder, sean Federer o no. Recuerde, el tipo es un ser humano”.

En el estreno en la pista central de Wimbledon, Federer fue más humano que nunca. Al final, cumplió lo que se esperaba de él, con la victoria sobre el colombiano Alejandro Falla en cinco sets (5-7, 4-6, 6-4, 7-6 y 6-0), pero lo hizo en una agonía que dejó perplejos al público y la prensa. No se creían lo que estaban viendo. El número 60 del mundo plantó cara al suizo, al que nunca había ganado, mostrando el mismo dominio de la pista que se le supone a su rival.

Falla sólo tuvo tres errores no forzados en el primer set y pareció que ni se inmutaba por el estropicio que estaba causando. Mantenía a Federer en el fondo de la pista y no aparentaba ninguna debilidad en los largos intercambios.

Federer comenzaba Wimbledon con un set perdido. Podía ser sólo un exceso de confianza. Nada de lo que alarmarse. Sin embargo, el segundo set fue un calco del primero. El suizo comenzó a ponerse nervioso, lo que se notó en el saque. Su porcentaje en el primer servicio cayó al 52%.

No había diferencias inmensas entre ambos tenistas, excepto en el historial. Federer volvió a tener más golpes ganadores en el segundo set (18  por 13 de Falla), pero los papeles estaban cambiados. Era Falla el que aprovechaba su única oportunidad de romper el servicio. Sin ninguna sonrisa o gesto de furia. Como si ganar a Federer fuera lo más normal para él.

El público esperaba que Falla se rindiera a la realidad en el inicio del tercer set, y eso tampoco ocurrió. Había que comenzar a buscar el dato de la última derrota de Federer en primera ronda de un Grand Slam: Roland Garros, 2003.

El público esperaba que Falla se rindiera a la realidad en el inicio del tercer set

El fisioterapeuta tuvo que atender en el tercer set a Falla, que comenzó a pensar que no podía desaprovechar esa oportunidad. A los grandes hay que ganarles cuando están confundidos. Y lo de Federer en ese momento, más que confusión, parecía pánico con bolas lanzadas fuera impropias de su estilo.

Sólo al final del set, empezaron a verse golpes profundos de Federer, casi imposibles de devolver. Hasta entonces, bastante tenía con devolver la bola. Falla estuvo a cinco puntos de ganar el partido, pero ahí se quedó. Tuvo cuatro oportunidades de break y no ganó ninguna.

El colombiano resistió como un valiente en el cuarto set y forzó la muerte súbita. Federer había superado la crisis y a partir de ahí cerró la discusión: 7-1 en el tie-break y 6-0 en el último set. “Este año, he perdido partidos que debería haber ganado”, dijo después el suizo. “Hoy he ganado uno que podría haber perdido”. Veremos si no tiene que acostumbrarse a sufrir.

Los españoles Feliciano López y Albert Montañés se clasificaron para la segunda ronda. Rafael Nadal debuta hoy ante el japonés Kei Nishikori, de 20 años y número 189 del mundo.