Gösta Olander, el mítico entrenador sueco de atletismo de los años cincuenta, popularizó un método de entrenamiento que sorprende por su sencillez y eficacia. 'Para mí, el fartlek es algo muy simple. Yo les digo a mis atletas: corred al ritmo que os apetezca en cada momento'.

Walter di Salvo lo está utilizando como método de entrenamiento alternativo y cada vez con mayor frecuencia. En ocasiones, lo usa con toda la plantilla y otras veces lo aplica en casos puntuales. 'En los últimos días, han entrenado mucho fartlek Raúl y Guti. Está funcionándoles bien'.

El fartlek, muy utilizado por los corredores de fondo, se escribe en sueco. Significa algo así como juego de velocidades y fue introducido en el entrenamiento deportivo en la primera mitad del siglo XX por los oficiales del ejército sueco. Se trata de correr sobre diferentes superficies y a distintas velocidades. Algunos entrenadores de atletismo lo definen como 'correr con cambios de ritmo a capricho' o 'cambiar de ritmo cuando te apetezca'. En el fartlek, el corredor aumenta y disminuye su velocidad a discreción, haciendo caso sólo a sus propias sensaciones.

Durante una sesión de fartlek, se escogen puntos de referencia (como el paso por una línea o un poste) para acelerar o desacelerar. En realidad, el fartlek debe controlarse porque si a un corredor le gustan los sprints largos con recuperaciones cortas, el entrenamiento no se puede prolongar tanto como en el caso de que la sesión fuera más suave.

Lo cierto es que es una de las sesiones más naturales que se puedan concebir. Martín Fiz, el campeón del mundo de maratón, siempre afirma que es su sesión de entrenamiento favorita. Ésta era una de las que utilizaba, basada en cambios de ritmo cortos: 3 minutos de carrera (1,30 de recuperación); más dos (uno); más uno (45 segundos); más 30s.(30 s.); más 15 s.