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La grieta del perímetro

Almond obliga a Messina a despedir a uno de sus fichajes

MIGUEL ALBA

Su llegada supone el primer error de cálculo del verano. Porque la aparición de Jaric no restó ficha a ninguna apuesta del proyecto y el aterrizaje de Tomic forzó la salida natural de Dasic, una cesión al Gran Canaria para que se cocine a fuego lento en la ACB. Sin embargo, cuando Morris Almond desvele hoy el número que lucirá el domingo en Vistalegre, el Madrid encontrará una baja de peso en su tercer intento por encontrar equilibrio con el curso iniciado. La primera víctima del ciclo de poder cedido ante el Barcelona se fraguó en los despachos del Bernabéu, donde se ha vivido una obsesión enfermiza por encontrar un anotador.

La misma virtud que ya ha demostrado Bullock y que se presuponía en el nuevo perímetro ideado por Messina (Kaukenas y Hansen, principalmente, porque Vidal llegó para compensar cupos). Siete meses después, el déficit exterior es alarmante. En los últimos seis partidos de Liga, apenas Bullock ha soportado dos anotaciones por encima de los diez puntos. Una estadística que degenera aún más en la serie de cuartos de la Euroliga.

Con Vidal relegado a un rol secundario; Hansen sin capacidad de liderazgo (en sus manos se perdieron los ataques decisivos ante el Maccabi y en el encuentro que supuso la eliminación ante el Barça) y Kaukenas, el señalado con toda probabilidad para el corte (tiene ofertas de Italia), diluido en la rotación (de titular a no jugar en el Palau), el Madrid sintió el sonrojo de la anotación en el segundo cuarto del choque del pasado sábado. La ausencia de canastas en juego (sólo seis puntos por tiros libres) y la mala defensa a Navarro aceleró la llegada de Almond.

198 centímetros los mismos que Hansen y Vidal de explosividad, apoyo en el rebote (4,4 por partido) y descaro para el último tiro con los que el Madrid pretende equilibrar las sumas de Navarro. El déficit frente a Mickeal es el siguiente ajuste.

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