Público
Público

"Hay atletas con los que no iría ni a cobrar la primitiva"

Entrevista a García Bragado. 42 años. Atleta y político. Correrá en Londres sus sextos Juegos. Se convertirá en el único hombre en la historia en lograrlo

ALFREDO VARONA

Sus primeros Juegos fueron los de Barcelona 92, en los que celebró la medalla de oro de Dani Plaza en un Seat por las calles de Barcelona. Tenía 22 años y otro cuerpo. 'Antes era capaz de meterme 30 kilómetros por la mañana y por la tarde ir de compras'. Veinte años después, García Bragado (Madrid, 1969) se ha convertido en un adicto al dolor. 'Soy un atleta muy machacado, pero he tenido la suerte de que las lesiones me han llegado tarde'. Por eso es el único hombre en el mundo capaz de enlazar seis Juegos Olímpicos seguidos. Correrá los 50 kilómetros marcha con una idea lapidaria que no desaparece de su vida: la medalla. 'Si es verdad que la motivación hace milagros creo que me la merezco'. No sólo es una biografía enorme la de Bragado. También es paciencia y una pequeña mentalidad de héroe, que resume una vida llena de días y entrenamientos silenciosos, a solas en la carretera. Quizá la principal diferencia con su función en el Ayuntamiento de Sant Adriá del Besos, donde rápidamente descubrió lo importante: 'Se trata de que tú cambies lo menos posible para hacerlo lo mejor posible'.

¿A su edad no está fuera de plazo? ¿Hay algo de lógica en todo esto?No me pregunte ahora por la lógica. No sé si la reconocería. Estoy en el último mes y necesito aguantarlo con intensidad. Por eso cuanto menos cosas haga, mejor. Me he convertido casi en un autista, ya no quiero más entrevistas, he dejado de escribir en twitter, hago mis cuatro cosas al día en el Ayuntamiento y después..., doy prioridad absoluta a descansar bien.

¿La motivación hace milagros? Habrá que hacer lo posible para que los haga...

He ido a vivir este año con esa idea al CAR de San Cugat en un bungalow con cuatro habitaciones para hacer hipoxía (simular dormir en altura) intermitente. Pero, claro, tampoco lo sé si realmente la motivación hace milagros. Y, en el caso de que los haga, que ojalá, a ver si se cumple y... El caso es que este año quiero ir a una etapa del Tour, cuando se acerque a Los Pirineos, y aprovecharé a ir a la que termina cerca de Lourdes, en Bagneres de Louchon...

¿Pero entonces cree en los milagros? Primero, tendré que ver si se cumple ¿no?

Del Bosque dice que la derrota enseña más.Pero yo ahora me he montado la película de la medalla. Y, aunque hubiese preferido terminar en el barrio de Canillejas, Buckingham Palace puede ser un gran escenario para conseguirla. Londres me evoca a 'Carros de fuego', al atletismo amateur, a una competencia sana...

Los años están en contra suya. ¿Qué tiene a su favor?

La falta de experiencia ya no será una excusa. Y, aunque no lo parezca, la experiencia hace mucho: te enseña a saber en que consiste la competición, a reconocer los errores que cometiste... Yo antes era un gran impulsivo. La gente me decía que era un terremoto, pero yo creo que con el tiempo me he serenado, y eso también se demuestra en la competición. Por eso no tengo miedo a la madurez. Sé que me va a beneficiar.

Del Bosque también insiste en que 'la vanidad nos hace peores personas'.

Sí, de acuerdo.

¿Un atleta no es un ser vanidoso? Siempre está pensando en sí mismo.

No lo creo. Para mí, soñar con la victoria es una de las cosas que más me motivan, pero no sólo por mí, sino también por mis hijas. Y realmente no sé si ellas se darán cuenta de lo que representa una medalla olímpica. Pero sé que me conocen toda mi vida como atleta y a lo mejor no como adulto. Por eso me comprenden tal y como soy.

¿A los 42 años no le preocupa la locura?

Me conozco bien. ¡Mis primeros Juegos fueron los de Barcelona 92! Han pasdao veinte años y resulta que esto, para mí, todavía representa un placer. ¿Por qué voy a pensar que es una locura? Al contrario. He tenido las circunstancias que me han permitido llegar hasta aquí. He aprovechado las consecuencias del 92, el Plan ADO me dio una tranquilidad económica que, a lo mejor, me hizo competir menos y perder más dinero, no le digo que no. Pero en el fondo la vida son decisiones. Uno no puede estar en todas partes. Es como el científico que dedica su vida a investigar en un laboratorio. ¿Cuánto dinero ha perdido por no trabajar en una multinacional? Lo puede pensar, pero no debe. Simplemente, tiene que pensar que esta ha sido su elección. Y es en lo que yo pienso.

Ha sido operado de las dos caderas y, en realidad, es un atleta del siglo XX. ¿No ha gastado su idea del éxito?

A veces lo pienso. Casi siempre cuando termino de entrenar hay algo que se resiente: la espalda, la ciática... Pero es que hace cuatro años, cuando preparé Pekín, fue peor, yo estaba para opoerarme de la otra cadera. Así que esto de ahora lo veo como una elección que me ha permitido llegar hasta el final. Es más, pensaba que llegar a los Juegos de Londres me iba a significar más esfuerzo, pero resulta que, una vez que estamos tan cerca, llego en cabeza de lista para aspirar a las medallas. ¿Acaso eso es lógico a mi edad? ¡¡¡Pero si resulta que yo mismo me he creado esa autoexigencia!!!

¿Y si se decepciona a sí mismo?

No, es difícil. Supongo que tendré algo de chulería, porque soy de Madrid, pero prefiero la humildad, me conozco y no me voy a traicionar.

No es lo normal entre los políticos. Hay muchos que se traicionan a sí mismos. Se lo digo porque usted es político.

Bueno, el mundo está lleno de tópicos. Es como cuando se dice que en Cataluña se trabaja mucho y en Andalucía poco. Pues imagino que habrá catalanes que trabajen poco y andaluces que no paren... Pero los tópicos son tremendos. Por eso yo prefiero pensar que la política nos cambia a todos y lo que se trata es de cambiar lo menos posible para hacerlo lo mejor posible, aunque si le digo la verdad preferiría no seguir: ¿no se está pareciendo esto a un mitin?

¿Qué le disgusta de esta entrevista? Quizá estamos a tiempo de cambiar.

Los tópicos, ya le he dicho que el mundo está lleno de tópicos.

La crisis no es un tópico.

¿Pero vamos a empezar a hablar otra vez de eso? Ya cansa...

Hablemos de atletismo entonces.

Yo siempre digo que, a partir de ahora, se va a ver a los atletas verdaderos, porque cada vez habrá menos recursos y los que continúen será por esa vocación de ser atletas, por todo eso que le decía al poner el ejemplo de 'Carros de fuego'.

¿Qué diferencia existe entre ganar y perder?

Yo tuve de cerca a Robert Korzenioski, que ha sido el rey de la marcha y que era el rey de la mentalidad. De hecho, insistía que la diferencia estaba en la mentalidad ganadora. Hizo un libro, que no sé si se ha traducido al castellano, en el que daba una lección de lo que significaba el equilibrio entre cuerpo y mente.

Usted vive en dos mundos terribles: el atletismo y la política. ¿Cómo se logra ese equilibrio?

Creo que las dos facetas se parecen en la mentalidad competitiva. Otra cosa es que sea lo mismo. Quizá como político sea más difícil y hasta puede que parezca más fácil confiar en un atleta. Pero yo, que conozco los dos mundos, prometo que hay atletas con los que no iría ni a cobrar la Primitiva. Por eso no acepto tópicos. Creo que, como todo en la vida, hay atletas y atletas, políticos y políticos.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?