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Henry es la última carta de Domenech

HOLANDA-FRANCIA: Los galos plantean el partido con un solo punta. La apuesta por el delantero del Barcelona es un órdago

LADISLAO JAVIER MOÑINO

Vapuleado por la pobre imagen dada ante Rumanía, Domenech se agarra a la resurrección de Henry. De paso, dejó caer en el entrenamiento a puerta cerrada que se pule a Benzema. Un jeroglífico con voz y cuerpo este Domenech, que no deja de sorprender cada vez que se pone delante de los micros.

Ayer, le dio un ataque de romanticismo y se confesó amante de un fútbol que nunca ha intentado practicar con Francia: “Soy un heredero del Ajax de Kovacs y de Cruyff. Cuando estaba completando el curso de entrenadores fui a Barcelona a ver los entrenamientos de Johan. Dé el aprendí mucho”.

Por lo visto en el Mundial de 2006 y en esta Eurocopa hasta ahora, en su subconsciente debió grabarse sólo la manera de contrarrestar el juego ofensivo. En las apruebas que ha realizado, también amenaza con blindarse un trivote defensivo formado por Makelele, Toulalan y Diarra, si Vieira no pudiera estar, que en un principio no parece. En ese caso, Ribèry y Govou jugarían por detrás de Henry.

La otra variante que maneja es mantener el 4-2-3-1, con Ribèry por el medio, flanqueado por Govou y Malouda y Henry en punta. La apuesta por el delantero del Barça es un órdago. En la primera semana Tití apenas se ha entrenado y ha perdido parte del respeto de la afición.

Recientemente fue silbado en un amistoso jugado en París ante Colombia. Henry hizo un gol, pero tuvo que escuchar como gran parte de la grada le reprochaba cada vez que tocaba el balón. La presencia de Govou se achaca a la ascendencia que Tití sobre Domenech. El delantero del Lyon es con el que mejor dice compenetrarse Henry, que ya en el Mundial 2006 exigió su presencia y más de una vez criticó bajo cuerda la lentitud de Zidane.

Él quiere velocidad para explotar su zancada, que este año no ha lucido en el Barça. Se ha desprestigiado y la recuperación debe ser contra la ofensiva Holanda. Por si acaso, Domenech se autoseda con su ideario: “El aspecto defensivo lo tenemos claro”. Lo peor para él es que Van Basten ha cogido la calculadora: “Los que tienen que atacar son ellos”.

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