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El hombre blanco desafía a Bolt

ATLETISMO. El francés Christophe Lemaitre, el único velocista que no es de color en la final de 200 metros, no se acompleja ante Usain ni Blake, los reyes del planeta

ALFREDO VARONA

Hoy en día, prácticamente es un milagro que haya un atleta blanco en la final de 200 metros. Pero lo habrá y será Christophe Lemaitre, el atleta francés que en las semifinales se metió por tiempos (20,03). No fue su mejor marca, pues este año ha corrido en 19.91, un registro que en los últimos seis meses sólo han superado Blake (19,80) y Bolt (19.83), los auténticos amos de la prueba.

Nadie duda de su gobierno. Máxime después de comprobar su estado en las semifinales. Blake ganó la primera serie con 20,01. Bolt se impuso en la segunda con 20,18 con la máxima relajación del mundo en los últimos 50 metros. Y, en esta nueva superproducción de la velocidad, estará Lemaitre, un joven de 22 años que dedica gran parte de su tiempo libre 'a jugar a los videojuegos'. Por lo tanto, Christophe tiene parte de la batalla ganada. Cree en los milagros y en el valor de la imaginación.

Su entrenador es Pierre Carraz, un hombre de 72 años, que a veces se queja de que Lemaitre no le hace caso. 'Sus principios son los de contradecirlo todo'. Aunque, a decir verdad, Carraz no tiene de que quejarse con este muchacho. 'Parece que no escucha, pero es verdad que lo comprende todo'.

Los resultados delatan el poderío de un hombre que no tiene nada que ver con los talentos de Jamaica. Se ha criado en Saboya, a los pies de las montañas de los Alpes, y está acostumbrado a entrenar con frío, lluvia e, incluso, nieve. Todo eso le ha endurecido desde la niñez. A los 20 años, corrió los 100 metros en 10,02. A los 22, ya es el único hombre blanco que ha bajado de los 10 segundos. También fue bronce en el Mundial de Daegu 2011 con una marca extraordinaria de 19,80, la mejor de un europeo desde aquellos 19,72 que hizo Pietro Mennea en la Universiada de Méjico 79.

Lemaitre, a diferencia del griego Kenteris en otro tiempo, es un hombre creíble. Sabe, por lo tanto, que la final de 200 son palabras mayores. En semifinales corrió en 20,03, lo que ni siquiera le permitió acabar entre los dos mejores de su serie. Fue increíble, pero el norteamericano Wallace Spearmon, un experto medallista en Mundiales, se metió entre él y Blake.

Aún así estaba claro que con ese tiempo Lemaitre tendría derecho a pelear por la medalla en la final. La empresa será tremenda. No sólo están Bolt, Blake o Spearmon. También peleará frente a Jobodwana, Martina, Warren Weir o el ecuatoriano Alex Quiñonez. Pero este no sólo será el desafío de Christophe Lemaitre en 20 segundos escasos. Será, en realidad, el desafío del hombre blanco. Y es un desafío creíble e inteligente, pues frente a estas mismas gentes Lemaitre fue bronce en el Mundial de Daegu del año pasado. Por eso Francia ha convertido esta final en un asunto de capital importancia. Las portadas de L'Equipe eligen casi a diario a Lemaitre. Todo un premio para el atletismo.

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