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Iniesta levita sobre el derbi

La afición del Espanyol rinde homenaje al azulgrana

 

C. GUIMERÀ / I. JIMÉNEZ

Ni siquiera el duro marcador adverso hizo olvidar a la afición espanyolista el gesto de Iniesta en la final del Mundial. El recuerdo de Jarque es imborrable entre los seguidores blanquiazules, pero la imagen del manchego recorriendo la banda del Soccer City de Johanesburgo con el nombre del desaparecido capitán del Espanyol delante los ojos de todo el mundo también lo es. Andrés se despidió de Cornellà-El Prat arropado por 40.000 almas rivales en pie, que incluso llegaron a corear su nombre. Otra imagen para la historia.

El partido de anoche pasará a la historia por ser el de Iniesta y llega en un momento más especial, si cabe, cuando Barcelona ha recuperado los derbis. Los enfrentamientos entre Espanyol y Barça vuelven a tener el sabor de antaño, perdido, en parte, por el adiós del viejo Sarrià, pero también por la diferencia creciente entre los azulgrana y el Real Madrid respecto al resto de rivales en la Liga, por la que los seguidores culés perdieron paulatinamente interés por su vecino y rival ciudadano.

'Andrés se lo merece, felicito a la grada de Cornellá', dijo Guardiola

Pero en los últimos años se respira un aire renovado que curiosamente evoca a épocas pasadas. En parte por el gol de Tamudo que privó al Barça de Rijkaard de su tercera Liga consecutiva, por el lamentable incidente de las bengalas protagonizado por los Boixos Nois en la despedida de Montjuïc o por el calor que desprenden las gradas de Cornellà. Más que nunca, los seguidores espanyolistas apelan a un factor diferencial en forma de amor incondicional por un club más allá de las vicisitudes del éxito y la moda. 'Catalunya es más que un club' o 'Culés por sistema, pericos por sentimiento' pregonaban dos grandes pancartas cuando ambos equipos saltaron al césped resguardados por un espectacular mosaico compuesto por 40.000 cartulinas.

En los prolegómenos se habló de un derbi caliente. Y así fue. Caliente, pero no violento, y es que los matices entre ambos términos cobran en el fútbol mayor importancia que en otros ámbitos. Fue decir '¡Con el 8, Iniesta!' por el speaker de Cornellà y las hostilidades quedaron olvidadas. El estadio en pleno se levantó y aplaudió para corear el nombre de uno de los grandes emblemas del enemigo, según términos del polémico video presentado esta semana. La imagen de Andrés, además, estuvo proyectada en los marcadores del estadio durante un minuto. Era un hecho tan insólito como predecible. Se barajaba también la posibilidad de que la Curva Jove, el sector de animación perico, preparara alguna pancarta personalizada, y aunque no fue así, sí que se pudo ver en la grada una camiseta blanquiazul que lucía orgullosa el nombre de Iniesta y el dorsal 21 de Jarque. El aplauso al manchego precedió al silbido al resto del equipo azulgrana y, al más puro estilo inglés, tampoco se volvió a oír aplauso alguno hacia Andrés durante los minutos de juego en los que el fútbol fue el protagonista.

El Barça goleó, pero el fútbol ganó en una noche inolvidable, ejemplar, que debería representar un punto de inflexión no sólo en el devenir del derbi catalán.

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