Este artículo se publicó hace 3 años.
El COI investiga el caso de la atleta bielorrusa que ha pedido asilo en Polonia
La Comisión Europea asegura que el intento de de repatriar de manera forzosa a la atleta olímpica Krystsina Tsimanouskaya "es otro ejemplo de la brutalidad de la represión" del régimen de Aleksander Lukashenko.
Madrid-
El Comité Olímpico Internacional (COI) está investigando las condiciones en las que Bielorrusia trató de forzar a la velocista Krystina Tsimanouskaya a regresar a su país, mientras la deportista aguarda en Tokio para viajar a Polonia, que le ha ofrecido asilo. La atleta actualmente se encuentra en la Embajada polaca de Japón, desde que solicitara protección a la policía del aeropuerto de Haneda cuando, según cuenta Tsimanouskaya, el comité bielorruso trataba de forzar su repatriación, después de que miembros de su comité nacional la llevaran hasta el aeropuerto en contra de su voluntad para embarcarla en un avión de vuelta a su país. Un acto que ella calificó de "secuestro".
El país centroeuropeo, que apoya a refugiados políticos bielorrusos y a la oposición democrática contra el régimen de Aleksander Lukashenko, fue el primero en ofrecerse a recibir a la atleta olímpica, mientras el Gobierno de Japón y el COI optaron por la cautela sin posicionarse claramente de su lado.
La portavoz de la Comisión Europea, Nabila Massrali, ha expresado "la total solidaridad" de la UE con la atleta y elogiado a los Estados miembros que le ofrecieron apoyo, además, ha asegurado que el intento de repatriarla a la fuerza supone "otro ejemplo de la brutalidad de la represión del régimen de Lukashenko, que golpea a todas las categorías de la sociedad bielorrusa, incluidos atletas, y no respeta ninguna tregua olímpica".
El portavoz del COI, Mark Adams, ha asegurado en la rueda de prensa de este martes que Tsimanouskaya se encuentra "en un lugar seguro" y a la espera de "poder empezar una nueva vida", además, afirma que el organismo internacional está haciendo todo lo posible para esclarecer la situación.
"Escuchar las versiones de todos los involucrados"
El COI ha abierto una investigación sobre el caso en el que incluye consultas con el Comité Olímpico de Bielorrusia, puesto que quieren "escuchar las versiones de todos los involucrados" porque su "máxima preocupación es la seguridad de los atletas", dijo Adams, que también afirmó que el COI "quiere llegar al fondo del asunto". Sin embargo, a pesar de que el Comité Olímpico Internacional señaló que sus resultados podrían conocerse este mismo martes, ha terminado por aclarar que el proceso puede llevar más tiempo.
La atleta, que se ha distinguido por apoyar las protestas contra el régimen de Lukashenko y estar en contacto con la disidencia democrática de su país, temía sufrir represalias al regresar a Bielorrusia, según explicó en vídeos y mensajes difundidos por las redes sociales.
La velocista de 24 años tenía previsto participar en la carrera de 200 metros lisos del pasado lunes, pero, después de haberse quejado de haber sido obligada por Minsk a competir en otra carrera, el pasado jueves fue acusada de carecer de "espíritu de equipo" y de haber perdido el "equilibrio psicológico y emocional", en la televisión pública de su país. La deportista presentó el mismo lunes una solicitud urgente de medidas cautelares al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para que anulase la decisión de su comité de no dejarla participar en la prueba clasificatoria de los 200 metros, que fue desestimada porque "la atleta no pudo probar su caso" para obtener la aplicación de dichas medidas, según el Tribunal.
Reacciones internacionales
Polonia ofreció este mismo lunes un visado humanitario a Tsimanouskaya, según anunció el viceministro de Exteriores, Marcin Przydacz. Además, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha imputado a Bielorrusia un "intento criminal de secuestro" de la velocista, pues, según el jefe de Gobierno, "a la agresión de las fuerzas de seguridad bielorrusas producida en territorio japonés" debe seguir "una respuesta decidida de la comunidad internacional", ha expresado en redes sociales.
Desde Londres, donde se encuentra exiliada, la líder de la oposición bielorrusa, Svetlana Tijanóvskaya, afirmó que "nadie en Bielorrusia puede sentirse a salvo", antes de reunirse con el primer ministro británico, Boris Johnson, para pedirle que mantenga ese tema en su agenda.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha señalado que el régimen de Lukashenko "ha tratado de cometer otro acto de represión transnacional" contra Tsimanouskaya "por haber simplemente ejercido su libertad de expresión". Además, acusó a Minsk de "violar el espíritu olímpico y cometer una afrenta contra los derechos básicos, algo que no puede ser tolerado", a través de su cuenta oficial de Twitter.
Japón, que hasta ahora había evitado alzar la voz contra el régimen de Lukashenko, se ha limitado a afirmar que la deportista se encuentra "segura y en cooperación con las organizaciones implicadas", a través de declaraciones del portavoz del Ejecutivo, Katsunobu Kato.
Se espera que la velocista tome un vuelo con destino a Polonia el próximo miércoles, 4 de agosto, según señalaron hoy fuentes de la Embajada del país europeo.
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