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Aquel juvenil que rivalizó con Messi

Quincy, llegado este verano a Málaga, es la gran revelación de la Liga

ALFREDO VARONA

'Yo seguía a Quincy desde el Mundial juvenil de 2005, donde fue el mejor junto con Messi', recuerda Ramón Martínez, que logró traer a Quincy Owusu-Abeyie (1986, Amsterdam) al Celta, donde era director deportivo en la temporada 2007-08. 'Era un jugador para ser el mejor en todos los partidos como pasa ahora en el Málaga. Pero sólo lo fue en tres o cuatro'. Sandro, que entonces jugaba en el Málaga y ahora es adjunto a la dirección deportiva del club, recuerda que 'uno de esos partidos lo hizo ante nosotros y se me quedó grabado la velocidad con la que volaba ese personaje'. Por eso en diciembre pasado, cuando Muñiz pedía gente más veloz, Sandro pensó en Quincy, 'pero no hubo nada que hacer, pues él prefirió ir al Portsmouth inglés'.

El pasado verano, sin embargo, fue Quincy el que se ofreció al Málaga. 'Josualdo Ferreira, nuestro entrenador, aceptó que estuviese diez días a prueba', recuerda Sandro, 'pero no porque dudásemos de su potencial, sino porque necesitábamos conocer cuál era su motivación'. Al final, se quedó y en este primer mes de Liga, la velocidad de Quincy ha impresionado a todo el país, incluidos a sus propios compañeros que lo llaman 'flash' y a los periodistas que quieren saber si plantaría cara a Usain Bolt en los 100 metros. 'En una prueba así no tendría una meta', contesta. 'Yo no sé correr sin balón. Tengo que verlo para motivarme'.

'Josualdo Ferreira aceptó que estuviese diez días a prueba'

Quincy tiene 26 años, pero el misterio es como ha tardado tantos años en instalarse en un equipo. A los 16, Koeman le subió al primer equipo del Ajax. A esa misma edad, Wenger se lo llevó al Arsenal, pero apenas pisó el escenario en Londres. Un año después, fichaba por el Spartak de Moscú y tampoco conseguía instalarse. Fue entonces cuando Ramón Martínez peleó su cesión al Celta.

'Quincy no era un chico raro. A veces, sí se dormía y llegaba tarde a entrenarse. Pero hablabas con él y te hacía caso, no aprendió castellano, aunque sí te entendía', señala Martínez. Desde agosto, cuando aceptó que los periodistas cambiasen su nombre artístico ('llamarme Quincy, sé que Owusu-Abneyie es muy difícil de pronunciar'), maneja una declaración humilde. 'Ahora sí quiero aprovechar esta oportunidad en España'.

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