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Lemaitre, el turbo de oro

Segundo triunfo del galo en 200 metros

I. ROMO

Va a ser el rey indiscutible de los Europeos. Christophe Lemaitre logró ayer en los 200 metros su segunda medalla de oro gracias a una clase excepcional y un ejercicio impresionante de paciencia y cálculo. La nueva sensación de la velocidad europea, de sólo 20 años, ha demostrado que posee un sistema nervioso resistente a las altas presiones de los grandes campeonatos.

Lemaitre partía ayer por la calle 5. Esta vez, al contrario que en la final del hectómetro, no salió mal el saboyano. Pero corrió una curva muy pobre. El velocista galo debe pulir su técnica de carrera en curva porque corre con el torso demasiado girado. El resultado es que entró en la recta final en quinta posición.

Pero entonces llegó su gran reacción, esa capacidad para extraer el máximo de sus fibras musculares rápidas que sólo poseen los grandes talentos. Lemaitre se lanzó a por el inglés Malcolm, el atleta que lideraba la carrera después de una curva sensacional y fue recortando, centímetro a centímetro, zancada a zancada, la desventaja. Puso el turbo.

A 30 metros de la meta, Malcolm aún aguantaba el tipo. Lemaitre seguía recortando espacio, como en la fábula de la liebre y la tortuga, pero el resultado era una incertidumbre. Se lanzó con todo en la línea de meta. Lo consiguió.

El nuevo rey de la velocidad, la máquina blanca, recibió el premio de la foto-finish. Ganó con 20.37. Una sola centésima de diferencia sobre el británico, que ejerció en este caso de tortuga. Lemaitre es mucho Lemaitre.

Minutos después de la final de 200 metros, se produjo una gran noticia para el atletismo español. Porque es una noticia de futuro. Eusebio Cáceres, recién aterrizado de Canadá donde se proclamó subcampeón mundial júnior, voló en la ronda eliminatoria de salto de longitud hasta 8,27 metros. Mejoraba así su marca personal en más de 20 centímetros. Una barbaridad.

Cáceres, alicantino, superó así los 8,09 de Antonio Corgos, que figuraban como récord de España júnior desde 1979. Además, el salto del español se sitúa como la mejor marca europea del año, igualada con el alemán Reif, que también saltó 8,27 metros ayer.

El español se convierte de golpe en candidato a medalla en la final de mañana. El alemán Reif, el inglés Tomlinson (8,20) y el griego Tsatoumas (8,15) son los rivales a batir. Cáceres estará acompañado de Méliz (8,06) en la final.

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