Luis deja su huella en Europa y en la selección

El pitido final de Rosetti acabó con el sufrimiento de Luis Aragonés y dio paso a una imagen que refleja la manera de ser del ya histórico técnico de la roja. Nada más concluir el choque, Luis abandonó raudo y veloz el terreno de juego dejando todo el protagonismo a sus jugadores. La máxima del entrenador (“el fútbol es de los futbolistas”), tuvo su reflejo en el día de ayer. Aragonés huyó mientras el vestuario celebraba el campeonato en el fondo donde estaban los aficionados españoles, y apareció cuando supo que los ánimos estaban más calmados.

"Hay cero opciones de que siga en la selección porque no he tenido posibilidad de quedarme"

Aún así, no pudo evitar ser manteado por los jugadores. Con el vestuario rendido a su maestro, los aficionados se entregaron definitivamente al Sabio. Los cánticos de “Luis Aragonés, Luis Aragonés” se mezclaban con la alegría de los futbolistas. Como un chaval, pese a sus 69 años, Luis ya sí participó de la fiesta. Cantó el “a por ellos”, dejándose la voz en ello, y luego fue felicitando uno a uno a sus campeones. El saludo más emotivo lo tuvo con Iniesta. Fuera de sí, Aragonés apretó al menudo jugador del Barcelona y lo levantó en volandas. Puyol, Marchena, Casillas, todos se fundieron en un emotivo abrazo con el seleccionador, pero el más impactante fue el que le dio al jugador de Fuente Albilla.

Luego tocó recoger las medallas. Esperó, como antes, a ser superado por todos sus hombres camino a la pasarela y se situó entre Puyol y Casillas para el momento más histórico en años para España.

Fue el final soñado para Aragonés. Después de 4 años de polémicas, victorias, derrotas, dimisiones, dimes y diretes al frente de la selección, Luis deja el cargo como el seleccionador con más récords al frente de la roja. Aragonés emprenderá, a partir de ahora, su aventura turca, donde dirigirá al Fenerbahce, siendo el seleccionador nacional con más éxitos hasta la fecha. Con 39 victorias en 65 partidos en el banquillo de España, Aragonés deja una marca muy difícil de superar. Además, con la victoria de ayer, obstenta también el récord de victorias consecutivas, con doce.